Videos: Sigue la mata dando: Joel Hernández Santiago

no me veras

La guerra ya está ahí. Y no es nuestra guerra. No es la guerra de la gente de a pie. No es la de la gente de trabajo, la que –cuando se puede, aun con pandemia- sale de madrugada en la ciudad, en el campo, en el mar, para trabajar de sol a sol y conseguir el sustento cotidiano, para cada uno y para la familia. No. Ni la de la gente de trabajo todos los días en lo que se sabe hacer.

Esta guerra que ya está declarada entre grupos políticos, los del poder y los que quieren el poder, es una batalla exclusiva, es la de ellos, la de la venganza, la del rencor, la de ver pasar el cuerpo del enemigo aniquilado... Esa guerra no es la de quienes están lejos del hecho político-electoral. Y sin embargo, de una u otra manera todos somos afectados: Daños colaterales, se dice.

Así que como un festín, en julio se esperaba el regreso de Emilio L., de España luego su propia aceptación para ser extraditado y del acuerdo que tuvo con la autoridad mexicana para acogerse al Criterio de Oportunidad, que le permite, según la ley vigente, ser un “testigo colaborador” y obtener beneficios en tanto se le sigue el proceso por los presuntos delitos que cometió y que, con todo y todo, son configurados como transgresiones que pudo haber cometido.

El 17 de julio llegó el extraditado y el Presidente de México comenzó a festejar este regreso y la pronta aparición de datos, nombres, pelos y señales de quienes estuvieran metidos en asuntos de corrupción por el tema de Obedrecht, Agronitrogenados y más. Era su venganza. Era la oportunidad esperada para exhibir a “la gente de antes” y el momento de incremento de capital electoral.

Y sí. La gente en México queremos justicia. Si y sí. Queremos que se aplique la ley a quienes cometieron delitos en contra de nuestro patrimonio, en contra del fruto de nuestro trabajo y en contra de llevarle el pan a la familia, y la lista escolar, y la medicina necesaria o el solaz, incluso... Si exigimos justicia en cada uno de los declarados culpables en juicio: funcionarios o legisladores del pasado o presente; del partido que fueren y amigos o familiares de poderosos o no...

Desde principios de agosto el presidente insistía en que se debería dar a conocer el video entregado “para que la gente sepa” y, como si hubiera sido una orden, pronto aparecieron en redes sociales “filtraciones de quién sabe dónde” en las que se mostraba a ex funcionarios del Senado recibiendo dinero a manos llenas ¿para?... Se sugiere que para corromper a algunos Senadores de la LXIII Legislatura; y, como en juicio concluido, se les señalaba ya como “corruptos”

Luego también “se filtró” el acta denuncia de Emilio L., en contra del ex presidente Enrique Peña Nieto y el ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y otros nombres ahí mencionados. Siempre de partidos de oposición. Con excepciones, por supuesto, pero que son asimismo señales. Con esto se sacudió el avispero, como se quería desde la presidencia de la República, y los aludidos comenzaron a reaccionar y a lanzar sus defensas, aun no en tribunales pero sí en redes.

Y mientras este manjar político estaba en la cresta y mientras esto distraía a todos en México de los grandes problemas nacionales que se querían ocultar porque no son nada “políticamente correctos”... cuando el país está en la más grave e incontrolable y mal gestionada pandemia por Covid-19...

... Y mientras la crisis económica está en uno de los momentos más ásperos y mientras el crimen organizado sigue como Pedro por su casa en casi todo México y mientras por todos lados se incrementa el desempleo, la inflación, el desabasto de productos y medicinas, lanzan estas bolas de fuego humeantes para distraer la atención y evitar crítica severa al gobierno federal y de paso se hace campaña electoral con rumbo a Junio-21.

Pero mientras esto ocurría de forma boyante para el gobierno federal, de pronto aparece un video desde la contraparte en donde se exhibe al ex Coordinador Nacional de Protección Civil, David León, entregando bolsas de dinero al hermano del presidente de México: Pío López Obrador.

Según argumentó luego el Presidente de México, en defensa de su hermano, eran recursos obtenidos de donantes para apoyar al recientemente formado partido Movimiento Reconstrucción Nacional (Morena) en 2015. Aun así, frente a la creciente duda y al impacto que esto causó en momentos de fiesta, el mismo Ejecutivo dijo que se debería iniciar una investigación desde la Fiscalía General de la República para esclarecer los hechos.

Si. Ojalá se aclare esta situación y la de todos los involucrados en el caso Emilio L., y que se haga justicia, pronta, expedita, transparente, objetiva... justicia exacta en todos los casos. Así que está a prueba de eso, de justicia, tanto la FGR como el Poder Judicial de México. Ya se verá...

Y así como aparecieron estos videos, de uno y otro lado, asimismo seguirán apareciendo otros, ciertos o distractores; como también dardos envenenados, lanzas de fuego, bolas de nieve que arrastrarán a media clase política, la de antes, sobre todo, aunque algunos de los que hoy están podrían ser embarcados en la guerra que apenas inició y que concluirá el 6 de junio de 2021.

¿Este es el modelo de política y de hacer democracia que está necesitando el país en el peor momento de su historia en este siglo? ¿Esta es la vida feliz y sana que se prometió en 2018? ¿Esta es la actitud que merecemos de los gobernantes que deberían si, atender los hechos de justicia, pero sobre todo y de forma urgente la gran crisis de salud que se vive aquí y que ya está en el momento de ‘Catástrofe’ según dijera el hombre de las contradicciones, López-Gatell? ¿Y la economía? ¿Y la seguridad pública? ¿Y el empleo-desempleo?...

Ahí está la postal de lo que es la vida en México durante la 4-T. Una oposición aniquilada y ya inexistente; un poder todo poderoso que acumula aun más poder, pero también inconformidad social, y un mundo de fantasía en el que los videos y las filtraciones se adueñaron ya de nuestra democracia, aunque de su ‘democracia’ estemos excluidos los mexicanos del día a día-de sol a sol.

joelhsantiago@gmail.com

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