Vacaciones de fin de cursos: Horacio Corro Espinosa

no me veras

Qué bueno que mucha gente ya está de vacaciones en estos días. En algunas escuelas se acabaron las clases y están en las prácticas de clausura.

Supongo que, como toda vacación, ésta tendrá que ser particularmente gozosa y hermosa.

Quedan por delante un buen número de días para descansar antes de regresar a clases, antes de regresar a la chamba. Unos tomarán o tomaron ya las carreteras. Lo cierto es que son días en que el descanso debe ser en la misma proporción a nuestro trabajo.

Es tan importante trabajar, como lo es descansar. Hay gente que se burla de los que buscan un descanso. Es importante que nadie te haga sentir miserable por aspirar a tomar vacaciones. Si en verdad trabajaste, son justas, son merecidas y son necesarias.

Así que bienvenido el descanso reparador, satisfactorio y sobre todo merecido. Las sociedades más avanzadas procuran que el hombre sea útil a la sociedad y útil a sí mismo. ¿De qué manera? Siendo feliz. Y eso se logra, en parte, al ocupar tu mente y tu cuerpo en aquellas actividades donde encuentres recreación, entretenimiento, oportunidad de disfrutar de la belleza, del amor, de la amistad, de la paz, de la naturaleza y, sobre todo, de los libros, de esos que pocas veces podemos disfrutar.

Pero fíjense, hay tantos, pero tantos flojos para desarrollar su trabajo, que sus vacaciones las desarrollan con mucha más flojera. Es más, a partir de que les dicen: “desde mañana ya no vienes a trabajar, así que regresa hasta dentro de tantos días”. Desde ese momento, aunque no lo crean, desconectan el cerebro y se conectan a la televisión.

La verdad, es triste y lastimoso que miles y miles de mexicanos decidan poblar su descanso con cantidades brutales, pero brutales de televisión.
Mucha gente cree que es más edificante sentarse frente a su televisor y llenarse de insignificancias, vulgaridades y demás tonterías, solo porque creen que lo que allí se exhibe es indispensable para todos.

Seguramente te has topado con gente que te cuenta la última bobada que vio en la tele. Es más, hasta te lo presumen como si tú fueras de sus mismos gustos. Supongo que esa gente no quiere pasar frente a ti como un tonto, y te lo platica para mostrarte que es una persona informada.

Estas vacaciones serán mucho más interesantes y divertidas si platicas, juegas, sales al campo y te miras con otras personas. Estos días se pueden aprovechar, por ejemplo, recorrer la ciudad, y recorrerla con otro paso, con otra cadencia, otra alegría. Si sales a recorrer la ciudad, te recomiendo que veas hacia arriba. Poca gente lo hace. Sé que verás cosas nuevas.

Olvídate del celular, o, es más, llévalo contigo, pero para fotografiar aquello que ya habías olvidado que existía.

Algunos dicen que prefieren quedarse en la casa para estar con la familia, pero no aclaran que frente a un aparato que los hace golpearse entre ellos para tener en la mano el control remoto de la televisión.

Es hoy cuando debes aprovechar para ver a tu esposa, a tus hijos o a tus papás. Sería muy bueno salir a pasear sobre el paisaje del amor, de la vida.

Si crees que sólo en la tele o en el celular hay elegancia, déjame decirte que la felicidad es también una forma de elegancia. Concédetela por un rato. Además, es gratis.

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