Salinas ante 1994 (3): Córdoba puso presidente, Salinas no pudo: Carlos Ramírez

no me veras

Tres semanas antesde su asesinato, Luis Donaldo Colosio se preparó a fondo para una entrevistacon el periodista Elías Chávez de Proceso. Entre las preguntas difícilesque el candidato había anotado como previsible había una interesante: ¿qué hará con Córdoba Montoya, el súper asesor salinista? La respuestaque daría Colosio era sencilla: el doctor Córdoba colaborará con el gobierno hasta el 30 de noviembre.

La pregunta nose hizo porque el interés de la revista era Chiapas, la guerrilla zapatista y el subcomandante Marcos. De todos modos, en las agendas de algunos columnistas estaba la presión permanente como supervisorpersonal de la campaña de Colosio, en nombre del presidente Carlos Salinas de Gortari.

La rupturade Colosio con Salinas ocurrió con el discurso del 6 de marzo. Lo de menos fue que Colosio, en horas de la madrugada del 6, hubiera enviado a Los Pinos copiadel discurso. En letras, lo escrito aparecía en medio de elogios a Salinas y algunas frases sobre el costo social de la crisis preocuparon un poco. Pero ya frente al micrófono, la vehemencia de locutor nocturno de la voz profunda y rítmica de Colosio sacudióla casa presidencial.

El discurso del 6 de marzo fue, sin decirlo de manera explícita, un párrafode la carta de Zedillo a Colosio del 19 de marzo. Zedillo le sugirió al candidato: “cada vez que haya que señalar tareas pendientesy deficienciasdel gobierno, mediará notificación previay se será receptivoa observaciones sobre la forma de decirlo”. Es decir, nomás sorpresas discursivas como el 6 de marzo. Por tanto, Salinas de Gortari quedó enojadocon Colosio por ese discurso, contrarioa lo que dice en su carta del 5 de diciembre sobre una amistad y relación estrechísima.

En un debateinusitado de Córdoba con diputados del PRD que lo acusaban de haber fraguado la conspiración del asesinato del candidato, realizado el 30 de octubre de 1996, Córdoba aportó elementos interesantessobre ese discurso. Lo formal: que era usualtener copia, que lo envió entre la 1 y 2 de la mañana del 6, que lo leyó al día siguiente a las 8 de la mañana y que lo comentócon Salinas. Córdoba era escaso en inflexiones de voz.

Pero de todos modos aportó un datoque debe leerse en el escenario del complotdel poder (transcripción textual):

“Lo único que me comentó (el presidente Salinas fue): tal vez es innecesarioque Colosio haga una cierta crítica al presidencialismo”, noporque lo tomará como algo personal, sino, me dijo, y lo recuerdo: bueno, que esperea llegar a ser presidente y luego verá cómoquiere ejercer el poder presidencial”.

Días más tarde, Colosio le preguntóa Córdoba la recepción en Los Pinos del texto del discurso.

–¿Cómo viste el discurso? –preguntó Colosio a Córdoba.

–Muy bien –respondió el súper asesor.

–¿El presidente comentóalgo? –quiso saber Colosio.

–Sí –respondió Córdoba–, me comentó pues que era innecesario, en su juicio, que hicieras comentario negativoalguno sobre el presidencialismo.

Córdoba agregó: “me dijo Donaldo: fíjate no era esa la parte más sentida de mi discurso. La verdad, esa frase. No la tenía en el discurso original, en los primeros borradores, pero atendiendo a un comentario de Enrique Krauzela incorporé”.

Luego Córdoba refirió, en su debate con diputados del PRD, su percepciónde la pregunta sobre el “entornopolítico” del asesinato en Lomas Taurinas. “El 23 de marzo yo me desempeñaba como jefede la oficina de la presidencia pues obviamente en ese carácter yo tenía mucha informaciónde lo que ocurría en el país, en todos los ámbitos, incluido el político”.

En su posición de súper asesor salinista, Córdoba vivió el incidente del 10 de enero: “el presidente Salinas anunció el nombramiento honorario(sin salario y sin pertenecer al gobierno, por tanto, con posibilidades de ser candidato presidencial), el mismo día de arranquede la campaña de Colosio”. El candidato se quejó con Córdoba que en los medios Camacho le había quitadoespacio al candidato.

El criteriode Córdoba fue que Salinas de Gortari tenia que actuar como presidente y por ello pudo tomar decisiones que afectarona Colosio. Se lo dijo con claridad Salinas a Colosio en una charlatelefónica. Pero el dato interpretativo revela que las relacionesde Salinas con Colosio no eran buenas y que Colosio le reclamaba a Salinas demasiado control para subordinaral candidato a las prioridades política de gobierno. Es decir, que a partir de enero las relaciones de Salinas con Colosio noeran tan cordiales como las declaró Salinas en su carta del 5 de diciembre.

Córdoba dijo ante diputados del PRD: “los climaspolíticos no disparan; yo tengo la firme convicción de que el licenciado Camacho notiene absolutamente nada que ver con el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Yo creo que él (Camacho) contribuyó a crear ese clima”. Y agregó: “el presidente Salinas lo toleró(el ambiente de Camacho) en forma excesiva”.

Salinas había hechocandidato a Colosio; una vez asesinado, Salinas designó a Zedillo como candidato suplente, pero éste era el candidato deCórdoba. Así que Salinas nopudo poner presidente y Córdoba .

Política para dummies: La política está en los hechos; lo demás es House of cards.

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@carlosramirezh

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