Reacciones previsibles de la prensa; ataques a presidente salvan lectores: Carlos Ramírez

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Desde su campaña electoral, Donald Trump se encontró que la prensa sería uno de sus principales adversarios porque la comunidad periodística más importante representaba los intereses del establishment liberal. Al llegar a la Casa Blanca, dedicó buena parte de su tiempo a atacar a los medios para destruir su base de credibilidad y debilitarlos como negocios.

La gran prensa aún no salía del hoyo de la caída de los anunciantes privados ni de la baja de lectores de ediciones impresas de comienzos de siglo. El The New York Times y sobre todo The Washington Post decidieron pasar a la ofensiva de respuesta contra Trump y optaron por dos caminos simultáneos: el fortalecimiento de sus espacios digitales comercializados y una línea de ataque frontal contra el presidente. A la vuelta de un año, los medios superaron su crisis de publicidad y conquistaron, en total, algo así como más de 10 millones de lectores.

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