Los pozoleros: ‘Cuando la perra es brava, hasta a los de la casa muerde… | Adrián Ortiz Romero Cuevas

no me veras

¿Cuánto tiempo pasará antes de que la facción sindical de la Sección 22 conocida como “los pozoleros” se ponga al servicio del gobierno de Salomón Jara, que hoy los acusa abiertamente de violencia e intransigencia? La respuesta puede estar más cerca de lo que nos imaginamos, si el punto de partida es la consideración de que, en Oaxaca, ese grupo siempre ha buscado la forma de ponerse al servicio del gobernante en turno… y siempre lo ha logrado.

En efecto, el grupo de los pozoleros es bien conocido al interior del magisterio, a partir de algunas características. Una de ellas es su proclividad a la violencia; otra, es su capacidad de enrarecer las relaciones del magisterio con los demás factores de poder; su disposición permanente a servir a causas políticas ajenas a lo sindical; y la historia, repetida una y otra vez, de quedar siempre al servicio del gobernante en turno.

Si revisamos sus antecedentes nos daremos cuenta de que lo mismo estuvieron al servicio de Ulises Ruiz que de Gabino Cué, y después bajo las órdenes de José Murat. Hoy pareciera que buscan un acomodo en el gobierno de Salomón Jara para la contención del eterno conflicto magisterial, a pesar de que prevalecen circunstancias distintas por el entorno reinante de Morena y la adelantada sucesión presidencial. Vale la pena considerar algunas coordenadas referenciales.

  1. Los pozoleros han estado siempre al servicio del Estado. Es una de sus características principales. Por eso han servido como ariete de diversas administraciones estatales, siempre buscando establecer condiciones específicas respecto al recurrente conflicto magisterial.
  2. Los pozoleros igual han servido al PRI que a Morena. En su tiempo fueron uno de los brazos enrarecedores al interior del magisterio, que recibían órdenes del gobernador Ulises Ruiz. Después hicieron lo propio con Gabino Cué; luego con los Murat, que incluso presumían haber comprado tranquilidad teniendo controlados a algunos grupos al interior de la Asamblea Estatal de la Sección 22 del SNTE. En los comicios de 2016, sin embargo, comenzaron su migración hacia la representación morenista que entonces ostentaba Salomón Jara en Oaxaca, quien ahora pareciera que ya no sabe qué hacer con ellos.
  3. Las posiciones políticas adquiridas en Morena no fueron a título gratuito. ¿Se le olvida al actual régimen que hace apenas unos años Salomón Jara e Irán Santiago militaban en el mismo grupo y hasta compartían fotos en mítines del entonces naciente partido Morena? Ellos se incorporaron a Morena y por eso gozan de las diputaciones locales y federales, así como las presidencias municipales que recientemente denunció el Gobernador del Estado. Las consiguieron gracias al cobijo morenista, y no a manos de los enemigos de papel que semanalmente se inventa el gobierno.
  4. Irán Santiago, líder visible de los pozoleros, no es un huérfano político. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que los ataques entre éste y el Gobernador se aplaquen desde la Secretaría de Gobernación? Parece no recordarse que Irán Santiago es el representante político-electoral de Adán Augusto López Hernández en la entidad. El pleito, por ende, es al interior del hogar morenista.
  5. Las presiones de los pozoleros tienen el respaldo de los tiempos. Si fuera cierta la versión gubernamental de que sólo es este grupo quien organiza todas las acciones de sabotaje contra la gobernabilidad de la capital oaxaqueña, entonces no veríamos a la dirigente estatal de la Sección 22 respaldando las acciones emprendidas por toda la gremial, y guardando silencio frente a los actos de violencia.
  6. La razón real de la movilización es el 2024. Difícilmente veremos a la 22 frenar sus acciones de aquí al año siguiente. Ellos, a su manera, también van a buscar influir en el resultado de la elección presidencial, para luego intentar vender sus fichas de gobernabilidad a quien resulte electo como nuevo Presidente de México.
  7. La Sección 22, en realidad, nunca ha perdido su vocación opositora. A López Obrador le dieron una larga tregua —misma que en Oaxaca aprovechó Alejandro Murat, pero que al igual que la relación del magisterio con el gobierno federal estuvo marcada por la pandemia— porque el tabasqueño les cumplió en prácticamente todas sus demandas relevantes, al abrogar leyes como la del Servicio Profesional Docente o la que regulaba el funcionamiento del ahora extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. Dicha tregua no significa que inopinadamente el magisterio salga a hacer campaña a favor de Morena. Van a buscar sus acomodos, pero siempre anteponiendo el hecho de que ellos ganan más siendo opositores que disciplinados. Ahora no será la excepción.
  8. El Gobierno de Oaxaca tiene el enorme reto de controlar a una fiera a la que ellos mismos convirtieron en lo que es. En otros tiempos el morenismo se ufanó de las acciones magisteriales porque eran parte de una resistencia y de demandas legítimas. Hoy pareciera que no saben cómo lidiar con esas proclamas a las que ellos mismos contribuyeron a construir.

 

EPITAFIO

Morena y sus aliados en Oaxaca (PT, PVEM) no descartan buscar algunas posiciones políticas en los comicios de 2024, al margen de la alianza formal que han mantenido. ¿La razón? Calculan que en las condiciones actuales ellos pueden obtener, solos, mejores resultados electorales que el PAN y el PRI, y qué decir del PRD. ¿Será?

@ortizromeroc

@columnaalmargen

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