Dicen que “el que tiene más saliva traga más pinole", (y el que no, pues que consiga más gaznates), tal y como demostró esta semana Ricardo “El Ricky Ricón” Anaya, líder del Partido Acción Nacional, y junto con su parentela también líder de mercado de bienes en raíces en Querétaro. Todo esto cuando destaparon la cloaca que tenía bien guardadita. Resulta que Ricky Ricón Anaya en 14 años de carrera política panista, pasó (junto con sus familiares políticos) a formar parte de la “high society”, todo esto a puro pulso y con arto ritmo para pegarle al cajón en la presidencia del PAN.
Demostrando ser más vivillo que él mismo Donald Trump a la hora de los “bisnes”, Ricky Ricón Anaya, y sus parientes políticos, lograron ampliar un imperio inmobiliario, que constaba de humildes cuatro empresas.
Ahora pasó a tener las 17 más productivas, al incrementar de seis inmuebles, con un valor de 21.9 millones de pesos, a 33 “pequeños locales” acercándose al valor comercial de por ahí de los nada menos despreciables 308 milloncitos de devaluados pesos.
