Hidalgo: gobernador Fayad ataca y difama al ejército por huachicoleo: Carlos Ramírez

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Con enorme faltade sensibilidad, el gobernador hidalguense Omar Fayad lanzó una agresiónal ejército mexicano que acudió a ayudarlo a combatir el huachicoleo. En una entrevista para MilenioTV, el mandatario dijo que le había “pagado” al ejército 43 millones de pesos anuales para que llegaraa la entidad a luchar contra el robo de combustible.

La impresión que dejó la declaración fue recibida más bien como pretexto para lavarselas manos de un problema que creció en Hidalgo hasta llegar a la tragedia de Tlahuelilpan y cuyo delito fue justificado por el gobernador Fayad como producto de la pobreza, el argumento oficial del gobierno lopezobradorista. Pero el robo de gasolinas aumentóen los dos y medio años de gobierno de Fayad, como se vio en aquel municipio, por la faltade vigilancia estatal y por la ausencia de programas sociales. Las comunidades semiurbanas en Hidalgo se han inclinadoa la delincuencia ante la pasividad del gobierno estatal.

Por lo demás, el gobernador Fayad en realidad mintióal referirse a la forma en la participación de las fuerzas armadas en materia de robo de combustibles. En la entrevista dijo que había solicitado presenciamilitar en zonas de ductos de combustibles, pero el gobierno federal se había negadocon el argumento de que la inseguridad en Hidalgo era muy baja. Y ahí fue donde lanzó su insidia: “tuve que pagarleal ejército” para el envío de tropas.

A pesarde haber sido senador y primer comisionado de la creada Policía Federal Preventiva en Gobernación con Francisco Labastida en 1999 y de haber dirigido comisiones de seguridad en el Senado, el gobernador Fayad dejóla impresión de que le había pagadoal ejército para cumplir su función y no se preocupó por la calumniacontra las fuerzas armadas de que éstas se mandan solas y sólo van donde les pagan. La movilización del ejército en labores de apoyoa la seguridad pública es una decisión institucional, pues los militares noson una fuerza mercenaria de alquiler.

En todo caso, por alguna razón política ajustada a los tiempos lopezobradoristas, el gobernador Fayad se quiso deslindarde la realidad del aumentoescandaloso del huachicoleoen Hidalgo y de la participación creciente de la sociedad empobrecida en el delito. El supuesto pagodel gobernador Fayad al ejército nofue tal sino un compromiso asumido por el mandatario para ayudara los militares que resultan afectados en su vida por sus labores de alta peligrosidad.

Por lo demás, el manejo presupuestaldel gobierno de Hidalgo –como el de los demás estados de la república– no tiene caracterizado el rubro de “compra de servicios de seguridad” y menos de fuerzas federales cuya función es la de apoyar a estados y municipios. De ahí que la afirmación hecha por el gobernador no es más que una calumniacontra las fuerzas armadas que participan en labores de apoyo a la seguridad pública en función de fundamentos constitucionales basados en la fracción VI del artículo 89 Constitucional: la seguridad interiorque por razones que se deben indagar ya noes garantizada por gobiernos estatales.

El aumentode las tomas clandestinas de robo de combustible en Hidalgo creciójustamente en los dos y medio años de gobierno de Omar Fayad y ha colocado a Hidalgo en el nadahonroso cuarto lugar en tomas clandestinas y es el estado gobernado por un priísta con mayor robo de combustibles: más de mil 100tomas detectadas. Hidalgo, como se vio en Tlahuelilpan, es la entidad donde hay una mayorparticipación de pobladores en el delito del huachicol.

Justamente en Tlahuelilpan se probóque los pobladores de municipios participandirectamente en el delito ante la pasividadde las autoridades estatales y municipales. El ejército nofue a Hidalgo a detener delincuentes, sino a vigilar ductos. Por ello fue por lo que las fuerzas armadas noactuaron contra los pobladores de Tlahuelilpan y alrededores porque los militares estaban para apoyara autoridades locales y noa disparar contra el pueblo. Los pobladores se han dedicado al robo de combustibles por faltade programas sociales de los gobiernos estatales y municipales.

El gobernador priísta Fayad le debeal ejército una explicación y una disculpa por la difamación en televisión de que había “pagado” a los militares para que combatieran en huachicoleo. Con seguridad, la afirmación de Fayad debió haber caído malen las fuerzas armadas porque éstas son las que cubrenlas deficiencias de seguridad de autoridades estatales y municipales y porque dejó la impresión de que el ejército es fuerza mercenariaque vende sus servicios.

Asimismo, Fayad debe de explicara la opinión pública como ha sido que un expertoen seguridad y en manejo de policías federales dejó que el estado número 17 en población nacional (2.1% del total) esté entre los cinco con mayoreshuachicoleros. Y más cuando Fayad promovió leyes contra el robo de combustibles, pero éste aumentóal grado en tiene a Hidalgo como una de las principales capitales del huachicoleo.

Política para dummies: La política ética debe ser el territorio de la lealtad, no de los oportunismos.

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@carlosramirezh

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