El dilema del PRI: su desaparición (Ivonne y Ulises) o para ganar (Alito): Carlos Ramírez

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Cuando en el primer debateentre aspirantes a la presidencia del PRI le preguntaron a la candidata Ivonne Ortega Pacheco cuál era su proyectopara el PRI, su respuesta dejó medir su medianía política: dijo que notenía proyecto y que por eso peguntaríaa los más de 7 millones de militantes qué partido quisieran.

Y cuando la pregunta se le formularon al exgobernador campechano Alejandro AlitoMoreno Cárdenas, su respuesta fue más directa: para volver a ganar.

La tercera opción –inexistente porque nocumplió los requisitos de la convocatoria, pero vigente en medios– es la del exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz Ortiz. Su propuesta es la que másle conviene al gobierno de López Obrador: dinamitaral PRI desde dentro, dejarlo inservible y pasar a los priístas a Morena.

El PRI nació, escribió en 1972 Daniel Cosio Villegas en El sistema político mexicano, para evitar las guerrasinternas, para redistribuirel poder entre las elites y para garantizar el cumplimiento de las metasde la Revolución Mexicana. Y al nacer desde el poder, su deber era ganarelecciones.

Ahora, a noventa años de existencia, el PRI se va a debatir entre su refundacióndesde cero (Ortega y Ruiz) o su reorganizaciónpara volver a ganar elecciones (Alito). Ortega y Ruiz apelan a la militanciainexistente como base partidista social y formada paradójicamente por los priistas que funcionaron de manera pasiva, subordinada al presidencialismo y a la espera de posiciones regaladasde poder. La vieja militancia es la del viejo PRI del dedazo, de los gruposde poder, del escalafón autoritario.

También de manera contradictoria, la militanciaa la que apelan Ortega y Ruiz es la que quiere el regresodel viejo PRI que ganaba elecciones con el apoyo del Estado, del gobierno y de las alianzas de poder y que nadatenía que ver con la democracia procedimental, es la militancia que se robaba urnas y que acarreabavotos, es la militancia que avalóel neoliberalismo de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Peña Nieto y que aprobóla decisión salinista de borrar de los documentos básicos del PRI el concepto y significado de Revolución Mexicana, es el PRI de Ortega y Ruiz.

Entrado a la lucha política después de la derrota del 2000, la propuesta de Moreno Cárdenas suena más sensata: los partidos se inventaron para organizar la disputa y el acceso al poder; y desde su fundación, el PRI ha visto pasar cuando menos tresgeneraciones de políticos priistas forjados para ganar elecciones y mantener el poder, nopara fundar la democracia.

Los partidos políticos nacende la semilla de la no-democracia, sino de la ambición de poder; lo escribió desde 1929 Robert Michaels, el primer teórico de los partidos, y le llamó “la ley de hierro de la oligarquía”: los partidos están organizados para dependerde una oligarquía dirigente que decide todo, desde ideología hasta candidaturas. Así fue el PRI, así se decidieronlas candidaturas de Ortega y Ruiz antes del 2000. Y eso, precisamente, quiere esa militancia.

La militancia priísta perdió el poder internoen 1981 con la candidatura presidencial de Miguel de la Madrid y destruyó el poder externoen el 2000 con la candidatura perdedora de Francisco Labastida Ochoa impuesta por Zedillo. Y perdió el poder interno-externo con la candidatura del no-priísta José Antonio Meade Kuribreña a la que Ortega quiso sumarse , pero no la dejaron ¡por jurásica! Ni Ortega ni Ruiz protestaroncontra Peña Nieto por su dedazofallido.

Buscar que la militanciadiga quépartido debe ser desde ahora el PRI implicaría una refundaciónque lo haga cambiar de nombre y, lo mas importante, abandonarlos tres colores de la bandera como escudo partidista. En cambio, la propuesta de Alitode un partido para volvera ganar elecciones sería la argumentación más precisa. Ortega anunció la realización de una granasamblea nacional para preguntarle a los priístas qué partido quieren, cuando en esa tesitura los priistas quieren un partido y una propuesta para ganar el poder, nopara promover la democracia; revisar sus postulados de nueva cuenta los sacaría del poder.

La propuesta de regresar paraganarelecciones es el único lenguaje que hablan los priistas, militantes y dirigentes, organizaciones y simpatizantes, sobre todo ahora que se sabe que el presidente López Obrador nose va a reelegir, que su modelo político es presidencialista y no sistémico-partidista y que Morena se está fracturandopor el cambio de su dirigencia nacional.

De ahí que el dilemadel PRI en su votación de dirigencia estará en un PRI que va a desaparecerpara refundarse como diamante de la democracia o que buscará reactivarse para regresar a ganarelecciones.

Trump. Sigue fallando la estrategia de apostarle al desmoronamiento de Donald Trump. El presidente ganando batallas y se acerca cada vez más a la reelección en el 2020. La única forma de ganarle estaría en una estrategia de confrontación.

Política para dummies: La política es la fijación del objetivo final; lo demás es distracción.

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@carlosramirezh

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