El diseño de Morena como un partido-movimiento sin estructuras y como sumatoria de individualidades en busca de cargo público logró una victoria colateral: destruir el sistema de partidos. De los nueve partidos registrados que entraron a la competencia el 1 de julio, dos fueron anulados (Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social) y uno (PRD) jibarizado por Morena, dos resultaron envenenados por el PRI y uno (Nueva…
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