La religión y la ciencia, divorciados durante siglos, han marcado en cada era de la humanidad la manera de concebir e interpretar la realidad. Hoy la ciencia quiere romper el paradigma más grande de la humanidad: la inmortalidad del ser humano. Dmitry Itskov empresario ruso, Ray Kurzweil director de ingeniería de Google y Andrew Ng profesor de ciencias de la computación de la Universidad de Stanford son los grandes cerebros de la “Iniciativa 2045”, un asombroso plan para lograr lo más parecido a la inmortalidad fusionando cuerpo humano y tecnología en una sola unidad.
Desde hace muchos años, en todas las eras y en todos los tiempos, el ser humano ha soñado siempre con esquivar la muerte y alcanzar la inmortalidad. Año 2045 es la fecha que se ha puesto como límite un millonario ruso para conseguir la vida eterna en forma de “avatares”, desde hace 6 años Dmitry Itskov decidió invertir su fortuna para alargar sus días sobre la tierra. El proyecto “Iniciativa 2045” tiene como objetivo final superar a la propia mortalidad en un proceso de cuatro etapas, proceso que implica desarrollar androides dirigidos por robots controlados por la mente y culminar con un modelo informático del cerebro y la conciencia de una persona, que a su vez podría cargarse en una máquina para la posteridad.
A 28 años de la fecha límite de la “Iniciativa 2045”, quien lea esto pensará que estamos narrando una película de ciencia ficción, cuesta trabajo pensar e imaginar que se logre el objetivo de transferir las personalidades individuales de los seres humanos, es decir nuestra conciencia-memoria, a unos “avatares” para lograr la inmortalidad, hacer accesible la eternidad almacenando y descargando datos. Nuestro origen como especie humana y nuestro destino después de morir, la vida después de la muerte, son tal vez los misterios más grandes de la humanidad. Hoy la ciencia, la tecnología, la inteligencia artificial y la automatización de los organismos vivos buscan desafiar los límites de la vida y la muerte.
Lo que sí es una realidad es que la “Iniciativa 2045” es un mega proyecto científico financiado por miles de millones de dólares en varios laboratorios alrededor del mundo; mega proyecto científico con un especial “secretismo”. El proyecto de Itskov ha llamado la atención de universidades y corporaciones poderosas que invierten en investigación neurotech, el claro ejemplo es la empresa Google interesada en la “Iniciativa 2045” y que actualmente desarrolla un sistema de inteligencia artificial: “Google Brain”.
El proyecto de Google combina la informática y la ingeniería para construir máquinas que procesan datos de manera similar al funcionamiento del cerebro humano; Microsoft, Apple o IBM también investigan, desarrollan y apuestan en proyectos similares. No estamos muy lejos de conocer lo que en la Universidad de Stanford fabrican: sistemas de chips que imitan el cerebro humano, como si fueran neuronas reales. En pleno año 2018 se ve aún lejana la posibilidad de guardar nuestra memoria y nuestros recuerdos para siempre y ser inmortales, la posibilidad de crear una copia de respaldo de nuestro cerebro aún suena a película ficción, aunque especialistas apuestan a que esté a nuestro alcance en las próximas décadas.
La idea de la inmortalidad es tan vieja como la vida misma, desde que los primeros seres humanos hicieron sus primeros rayones en las paredes de las cavernas buscaron frustrar el desvanecimiento final del recuerdo. ¿Lograremos que la tecnología cree copias completas de nuestra mente? ¿Será posible que los recuerdos persistan después de ser enterrados o cremados?
Nuestras creencias y prejuicios pueden cambiar radicalmente con los avances de la ciencia. Al tiempo.