Nuevas leyes, organismos de transparencia, cuerpos policiales o endurecimiento de penas no son suficientes para enfrentar a la corrupción, señaló Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, presidente de la Fundación para la Democracia.
En su opinión, se necesita “dar vigencia plena al estado de derecho: que se cumpla la ley, que no haya tolerancia ni se proteja a los corruptos con la impunidad que brinda la autoridad”.
Para erradicar la corrupción pública y privada de la vida nacional, “se requiere rectitud en la conducta y patriotismo”, subrayó Cárdenas Solórzano al participar en el primer Congreso Internacional de Derecho Penal 2018. “Terrorismo, trata de personas y nuevas formas de esclavitud, corrupción y tráfico de drogas”.
Ambos factores son indispensables para romper ataduras políticas y económicas, dijo el también exgobernador de Michoacán, exjefe de gobierno del entonces Distrito Federal y excandidato a la Presidencia de la República.
Cárdenas subrayó que el modelo de desarrollo, de antidemocracia, caracterizado por la subordinación política y económica, por la exclusión social y la concentración desmedida de la riqueza en un sector reducido de la población, “genera la corrupción y muchos de nuestros males”.
También presente en el encuentro organizado por la Facultad de Derecho (FD), de la UNAM, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, Ricardo Monreal Ávila, sostuvo que la corrupción será la dificultad “más relevante” a la que se enfrentará el próximo gobierno, junto con la deuda directa, que asciende a 10.8 billones de pesos, “además del régimen de pensiones que está por explotar”, o las 12 universidades públicas prácticamente en quiebra y a punto de parar actividades.
Monreal resaltó que la corrupción, impunidad e inseguridad son los problemas de mayor envergadura en el país, y este último es el de mayor clamor social, pues hay territorios completos sin autoridad y bajo el control del crimen organizado, como el caso de Guerrero o Tamaulipas.
También por eso, dijo, llegó el momento de discutir el tema de la despenalización de las drogas.
“En México ha llegado el momento de hacerlo, y hace unos días se presentó una iniciativa para la permisión de la siembra de amapola, un tema ineludible que será tratado en los próximos días”, refirió.
Para Raúl Carrancá y Rivas, profesor emérito de la FD, la corrupción es hoy “un fenómeno universal” con amplias raíces e implicaciones en la red social, que “ha crecido de manera alarmante y dramática en los últimos 50 años” en las entrañas de la sociedad: la familia, la escuela, el trabajo o las amistades, y otras que son punto de encuentro de “mil influencias morales o inmorales, de costumbres, instrumentos y aditamentos técnicos o tecnológicos de la era digital”.
Según el académico, el “relajamiento de las costumbres”, al margen del choque generacional, puede ser “caldo de cultivo” de una serie de alteraciones que llevan, tarde o temprano, a expresiones negativas de la conducta, a delitos o ilícitos. “Precisamente ahí es donde suelen aparecer los gérmenes incipientes de la futura corrupción”, opinó.
Por ello estimó que una política criminal inteligente debería consistir en atender esa serie de factores, en su mayoría subjetivos.
Peter Lewisch, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Viena, Austria, compartió la experiencia de su país en respecto de los crímenes de “cuello blanco”.
Comentó que en el sistema legal austriaco el juez no es sólo un réferi, sino que siempre busca la verdad. Los principios de la ley criminal se basan, principalmente, en la legalidad, la culpabilidad, la proporcionalidad y la subsidiariedad.
Recientemente se registró una reforma en la ley criminal de esa nación; las sanciones más duras fueron introducidas como crímenes nuevos, por ejemplo, los cibernéticos. En tanto, el fiscal encargado de luchar contra los crímenes de cuello blanco solicitó herramientas para combatir ese fenómeno: la denuncia anónima fue una de ellas, concluyó
Fuente: jornada.com