El tuit presidencial sobre un “golpe de Estado” pudiera ser el punto culminante de cuando menos tres semanas de deterioro del proyecto presidencial en el rubro de los resultados insuficientes en materia de seguridad a casi un año de haberse puesto en marcha.
Si bien ese tuit del “golpe de Estado” rompió el cerco alrededor del presidente López Obrador, también causó estragos en la imagen internacional de estabilidad que México ha mantenido desde el alzamiento zapatista en enero de 1994 y mandó mensajes de preocupación sobre la fortaleza interna de la alternancia hacia el lopezobradorismo.
Fijar de pronto en el debate nacional e internacional el tema de un “golpe de Estado” en México tendrá efectos negativos en la comunidad financiera estadunidense e internacional y en la imagen de modernización democrática de los últimos cuarenta años. A ello se agrega el dato de que las fuerzas armadas mexicanas lastimadas con el argumento del golpe participan en misiones de paz de la ONU y mantienen relaciones profesionales con la comunidad de servicios militares de los EE. UU.
En lo nacional, los medios le dieron más importancia al fracaso en el operativo de Culiacán por la sencilla razón de que tuvieron todas las mañanas al presidente de la república dando explicaciones y centrando en su figura el debate sobre la fallida captura de Ovidio Guzmán López para entregarlo a los EE. UU. por una orden de extradición. El presidente López Obrador convirtió el salón Tesorería de Palacio Nacional –miércoles 30 y jueves 31 de octubre y viernes 1 de noviembre– en un espacio de confrontación con la prensa por el tono de las preguntas y de las respuestas.
En este contexto, el señalamiento del “golpe de Estado” el sábado 2 de noviembre buscó romper el cerco presidencial escalando una interpretación subversiva a las críticas al gobierno lopezobradorista. Cuando menos tres hechos se añadieron a la crisis de seguridad de Culiacán:
1.- Las críticas del subsecretario adjunto de Estado para narcóticos, Richard Glenn, por la insuficiencia de resultados en materia de lucha contra el tráfico de drogas. La declaración cayó en medio del debate sobre el fracaso del operativo contra uno de los Chapitos para responder a la orden de extradición.
2.- La información del INEGI en el sentido de que la economía mexicana en 2019 había sido la de peor desempeño en diez años y los datos y cifras que anunciaban la inevitable recesión.
3.- La sorpresiva declaración del presidente López Obrador pidiendo otro año de plazo para ofrecer resultados del cambio en México, sobre todo por las evidencias de bajosrendimientos en PIB y seguridad.
El tema militar terminó por descomponer el escenario de gobernabilidad. Primero fue el jefe del estado mayor, luego el discurso del general Gaytán y ocurrió la revelación del nombre del jefe antinarco encargado del operativo de Culiacán que generó una oleada de críticas en redes sociales porque pareció haberle puesto una diana en la espalda para cualquier agresión de los narcos.
En este contexto, el tuit sobre el “golpe de Estado” fue leído en sectores de seguridad nacional como una ruptura en el seno del gabinete de seguridad conformado por el secretario civil de Seguridad, el general secretario de Defensa Nacional y el almirante secretario de Marina-Armada de México. El jueves 31 Durazo había comparecido en una vacía Cámara de Diputados donde el PAN y Movimiento Ciudadano atacaron sin piedad al funcionario y el secretario de Seguridad también endureció su discurso de respuestas.
A la ofensiva del narco en Aguilillas e Iguala, la subversión criminal del Cártel de Sinaloa, los enredos en las explicaciones oficiales sobre Culiacán, el discurso del general Gaytán y la respuesta presidencial y los ataques criminales contra el activista Le Barón en Chihuahua-Sonora están mostrando no el fracaso de la estrategia de seguridad, sino sus huecos y sobre todo la disminución del consenso social alrededor de la propuesta de construcción de la paz del gobierno de López Obrador.
Y aunque las circunstancias de una crisis saquen el clavo de la crisis anterior, de todos modos, la estrategia de seguridad requiere de un fortalecimiento político, social y sobre todo mediático y legislativo. De Aguilillas a Le Barón la estrategia ha estado dando explicaciones desde dentro del cerco mediático, cuando lo que se requiere es un giroestratégico para retomar la iniciativa policía, social y, de manera especial, de seguridad.
Y sobre todo ello, ahora urge una estrategia de información internacional para disminuir las preocupaciones internacionales sobre “un golpe de Estado” en México que afectará la estabilidad financiera mexicana.
Política para dummies: La política es la precisión de las palabras.