Trump y el muro de nopal; Ebrard cedió seguridad nacional a EE. UU.: Carlos Ramírez

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Como lo anticipó Indicador Políticoel lunes, el trasfondoreal del acuerdo de Trump con el canciller mexicano Marcelo Ebrard Casaubón nofue sólo de contención migratoria, sino de seguridad que tiene que ser avaladopor el Senado mexicano.

El enfoque humanistade la migración para facilitar el tránsito hacia los EE. UU. de cientos de miles de centroamericanos provocó, como en una teoría del caos, la hecatombede un acuerdo que obliga a México a ser lo que dijo que nuncasería: un tercer país seguro; o, en términos muy mexicanos, el acuerdo crea el muro que anhelaba Trump desde su campaña de 2016, pero un muro de nopal. Inclusive, los propios migrantes centroamericanos pagaran con restricciones su insensibilidadpor organizar caravanas de presión.

Pero el muro de nopalno sólo es simbólico, sino que lleva consigo la imposiciónde los criterios de seguridad nacional de los EE. UU. como nuevos principiosde la seguridad nacional de México.

Lo que dejó el saldo, hasta ahora, del Acuerdo Ebrardnada tiene de “grandeza” –palabra preferida de Trump que usó Ebrard en su tuit del final de las negociaciones–, sino que México va a tener que pagar facturasadicionales, entre ellas la más importante: colocar a México, de manera formal, bajoel paraguas de seguridad nacional de los intereses neoimperiales de los Estados Unidos.

Y ahí se revela uno de los principales defectosdel gobierno de López Obrador: la falta de una doctrina de seguridad nacional estratégicaen su política exterior, tarea que le corresponde, por ministerio del cargo, al canciller Ebrard. Y extrañaesa ausencia de enfoque porque la perspectiva de seguridad nacional fue uno de los puntos más brillantesque tuvo Manuel Camacho Solís como político en los años en que Ebrard fue su colaborador más cercano.

En función de que el gobierno actual tiene la titularidaddel Estado, entonces las perspectivas de sus decisiones se deben enfocar desde los intereses del Estado. Y ha sido una falla garrafal del gobierno mexicano no prever que el caso de los migrantes era no sólo el principal caprichoelectoral de Trump, sino una de las principales preocupaciones de la Casa Blanca en función, ahí también, de la titularidad del Estado deseguridad nacional que es el Estado estadunidense.

El enfoque de seguridad nacional de la política exterior es vitalpara el ejercicio de la soberanía. La intervención de Ebrard, por lo tanto, debió haber sido en función de las reglasde combate político de la seguridad nacional. Trump jugó al caos a sabiendas de que los aranceles contra México le romperíanla precaria estabilidad en su vecino del sur y una crisis provocada por carestía en exportaciones mexicanas tendría efectosen migración, narco e inestabilidad.

Ebrard llegó a Washington a negociar la paz sinhonor, pero sobre todo sinperspectiva de seguridad nacional. En los EE. UU. había caído muy mal la decisión unilateral de norespetar la Iniciativa Mérida, cuya función no era de resultados sino de relaciónmilitar especial en temas de narcotráfico y crimen organizado en México, pero cuyos cártelesya penetraron en las estructuras económicas y sociales de los EE. UU.

A partir de la conceptualizaciónde los EE. UU. como un Estado de seguridad nacional –caracterización de Gore Vidal para ilustrar a un Estado imperial–, todo lo que hagan los EE. UU. en su relación con México tiene interesesde seguridad nacional. La presión migratoria de cientos de miles de centroamericanos provocada por la facilidad mexicana de dejarlos cruzar sinregistros legales derivó en una crisisde seguridad nacional de los EE. UU. por la invasión descontrolada de centroamericanos. En Washington consideran que la responsabilidadno fue de los migrantes, sino del gobierno de México que los dejó pasar.

De ahí el hecho de que el Acuerdo Ebrardnohaya sido sólo controlarel cruce de centroamericanos en la frontera sur de México para evitar castigos arancelarios, sino que el secretario de Estado y ex director de la CIA, Mike Pompeo, obviamente que dio a sus propuestas un enfoquede seguridad nacional para impedir que más adelante México pudiera incumplir con los compromisos.

El tema central fue el choquede enfoques de seguridad nacional y la imposición de los criterios estadunidenses sobre los mexicanos. Por eso Trump habló el lunes de un desconocido“acuerdo de seguridad” que pudiera contener compromisos que debilitaran la seguridad nacional del Estado mexicano. Y en términos de seguridad nacional, en los EE. UU. se entiende espionajey sobre todo intervención militar.

Puebla. A la muerte de Rafael Moreno Valley Martha Erika Alonso, el morenovallismo tuvo sólo una figura: Antonio Gali Fayad, uno de los herederos políticos de ese grupo. Luego de un gobierno mediocre de dos años, abrió paso a Alonso. Sin embargo, Galidesapareció del escenario político, abandonó la nave y dejó huérfano a la corriente morenovallista. A Galidebieran los panistas exigirle cuentas: ¿miedo, ruptura, incapacidad, enojo?

Política para dummies: La política es operar sobre las previsiones, no sobre las estimaciones.

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