WASHINGTON, D.C.- A lo largo de poco más de dos años, el presidente Donald Trump fue arrinconado en trestemas vitales: la negativa a financiar el muro, la acusación de Hillary Clinton de que había pactadoen secreto con los rusos y la polarización interna hacia un socialismo sui génerisno marxista y de mercado en la figura de Bernie Sanders.
El reporte final del investigador especial Robert Mueller el viernes provocó un desánimoen el establishment liberal político y de medios porque esperaban acusaciones serías que pudieran llevar a la destitución, el enjuiciamiento, la renuncia y, en suma, la derrotade la opción Trump que busca con tiempo la reelección en el 2020.
La conclusión realdel reporte Mueller no fue sólo el dato de que nohubo colusión Trump-rusos, sino que la acusación de obstrucciónde la justicia en realidad noalcanza para frenar el camino de Trump hacia la reelección. Por tanto, los demócratas en la cámara de representantes careceránde litispara seguir entorpeciendo a Trump.
La exoneracióndel reporte Mueller era esperada: fuentes cercanas al investigador filtraron la versión de que el reporte sería anticlimáticoy la líder demócrata de la cámara de representantes había adelantado que nohabría juicio de destitución del presidente. En la semana previa a la entrega formal del reporte había pesimismoen los sectores que lucharon durante dos años por probar que la acusación de Hillary Clinton era cierta.
Ya sin la amenazade un juicio de destitución, Trump comenzó la parte intensa de su campaña por la reelección en el 2020, teniendo como contendientes probables sólo a dosdemócratas: el senador Bernie Sanders y el ex vicepresidente Joe Biden, el primero con la bandera de un socialismo de mercado con tintes de populismo contra la pobreza y el segundo como el representante del ex presidente Barack Obama.
Lo interesante del clima de polarizaciónque ha generado el radicalismo conservador y puritano de Trump radica en una especie de reivindicacióndel socialismo como propuesta ante la concentraciónde la riqueza en pocas manos. Hasta ahora, sin embargo, se trata sólo de un discurso, de una invocación, sin presentar algún programa concreto. El senador Sanders ha logrado cautivara jóvenes progresistas con el concepto de socialismo, cuando en 1951-1953 la histeriaanticomunista soviética destruyó vidas, la cultura y colocó a todos los estadunidenses en la derecha ideológica.
La gran derrotadapor el reporte Trump ha sido la prensa del establishment liberal, cuya estrategia de información destruyólos criterios de objetividad e imparcialidad y construyó un enfoque editorial a prioricontra Trump. Inclusive, diarios como The Washington Posty The New York Timesy la revista New Yorker convirtieron su crítica por la crítica a Trump en su principallínea editorial y sólo lograron apoyo económico vía suscripciones de lectores ya alineadoscontra el presidente Trump. Sin embargo, llegaron a lo que la ex directora del The New York Times, Jill Abramson, caracterizó como “mercaderes de la verdad” y con ello dejaronde ser referentes para la comprensión de la realidad.
Lo grave para la agenda política estadunidense radicaba en el enjuiciamientoa Trump. Ello quiere decir que los demócratas se quedaron sinagenda político-electoral, con dos divisiones muy graves; entre jóvenes y profesionales, ilustrada por los choques entre la novataanti sistema Alexandria Ocasio-Cortez con Nancy Pelosi, y entre capitalistas y socialistas.
La reorganización de grupos políticos también ha comenzado a abrir una grietaen el sistema político estadunidense como una forma de quitarlea Trump un beneficio que logro en las elecciones del 2016: cambiar el modelo electoral de elecciones basadas en los 538colegios electorales que eligen presidente sin importar el voto popular y que sea el voto popular como el que decida las elecciones. Pero ya hay voces progresistas que se van a oponera ese cambio porque el modelo de los colegios electorales permite un equilibrio regional. En el 2016, Trump ganópor colegios electorales, a pesar de que Hillary Clinton logró más de 3 millones de votos populares por encima de los de Trump. Las primeras estimaciones señalan que en el 2020 se podría repetirel 2016: que Trump vuelva a ganar por colegios electorales y perder en voto popular, pero gobernaría por los primeros.
Por lo pronto, el reporte Mueller puso a Trump en la líneadel 2020.
El muro, otra vez. El reporte Muellerreactivó el tema del muro en la frontera porque le quitó al presidente Trumpla presión demócrata para negociar disminución de presiones legislativas por la investigación del rusiagatea cambio de sacar el muro de la agenda presidencial. Por eso se prevé que Trumpinsista en el muro como consecuencia del reporte Mueller.
Política para dummies: La política radica en esperar sentado a ver pasar los cadáveres de los enemigos.