* Una vez más, los hechos a la vista de todos, confirma la improvisación de los responsables de la gobernabilidad, y de la coordinación y supervisión de acciones de las dependencias del Gobierno.
* El ya de suyo hecho grave de no saber gobernar por inexperiencia y por grillas aldeanas, se complica con la falta de previsión por omisión, negligencia o mala fe del responsable de la obra pública.
Oaxaca y México son pueblos únicos en el mundo, con enormes grandezas, pero también con bestiales miserias. La ficción supera a la terca realidad que termina por imponerse avasallante.
Una vez más, los hechos a la vista de todos, confirma la improvisación de los responsables de la gobernabilidad, y de la coordinación y supervisión de acciones de las dependencias del Gobierno.
El ya de suyo hecho grave de no saber gobernar por inexperiencia y por grillas aldeanas, se complica con la falta de previsión por omisión, negligencia o mala fe del responsable de la obra pública.
A la luz de estos hechos, la suma total de la ineficiencia e ineficacia por improvisación, se traduce en ineptitud que provoca tormentas perfectas, que una y otra vez se convierten en nota nacional.
Este es el caso, otra vez, del incumplimiento en la terminación de la supercarretera a la región de la Costa que ratifica la falta de resultados de los principales servidores públicos del gabinete legal.
Las presiones y chantajes de San Vicente Coatlán por intereses oscuros vinculados al crimen organizado y a los grupos armados, y la devastadora acción de la naturaleza han generado retrasos.
Uno de los principales obstáculos para su terminación y puesta en marcha fue el conflicto en los Coatlanes, los cuales cerraron por un mes la vía y pararon los trabajos que se llevaban a cabo.
El pasado lunes nuevamente las autoridades y habitantes de San Vicente Coatlán volvieron a bloquear por incumplimiento de los compromisos establecidos con el gobierno federal y estatal.
Es lógico y natural concluir que ha faltado operación política para garantizar la gobernabilidad y gobernanza en la conclusión de la obra, y coordinación y supervisión de los trabajos de SINFRA.
El gobierno de Salomón Jara no ignora de quien es la mano negra que mece la cuna de la violencia y la ingobernabilidad para sabotear la culminación de la supercarretera a la región de la Costa.
Menos desconoce la identidad de la mano negra el gabinete de seguridad federal en general y mucho menos de manera muy especial el propio presidente Andrés Manuel López Obrador.
En la mañanera del lunes, el presidente López Obrador comentó que en al menos tres puntos se presentaron derrumbes, lo que retrasará las labores del tramo carretero Barranca Larga-Ventanilla.
En octubre pasado, el presidente confirmó que el 29 de noviembre se inauguraría la supercarretera a la Costa, la cual reduciría a 2.5 horas el recorrido de la capital del estado a Puerto Escondido.
Así, pues, al igual que la supercarretera a la región del Istmo, después de 24 años y cuatro gobiernos estatales, incluyendo la primera alternancia, la supercarretera a la Costa no se termina tras 21 años.
De tal manera que, lamentable y dolorosamente, hay que señalar que la supercarretera a la Costa sigue siendo el gran engaño a Oaxaca, ahora, al presidente AMLO y al gobernador Salomón Jara.
No está a discusión la trascendencia estratégica de ambas obras prioritarias para detonar el crecimiento y desarrollo económico del estado de Oaxaca y del sur-sureste con el Interoceánico.
No obstante, la importancia continental y global para América del Norte, faltó reiterada voluntad política para terminar la obra de los presidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
@efektoaguila