La carta de Salinas de Gortari del 5 de diciembre de 1995 aporta elementos suficientes para volver a fijar la tesis del crimen político del candidato presidencial del PRI Luis Donaldo Colosio, echando abajo el argumento de cuatro fiscales oficiales del asesino solitario.
La anterior sería la principal conclusiónque queda de la serie Colosioy del documental 1994de Netflix. Y la base fundamental del cambioen el enfoque analítico no viene de alguna mente calenturientade la literatura policiaca, sino de la lecturade las cartas de Salinas de Gortari del 5 de diciembre de 1995 y de Ernesto Zedillo del 19 de marzo
Salinas de Gortari deja entrever en su carta que la disputatremenda por el poder y la lucha entre dosproyectos de nación era entre los populistas de Luis Echeverría-Augusto Gómez Villanueva-Porfirio Muñoz Ledo y los modernizadores salinistas-colosistas. Sin embargo, Salinas de Gortari dibuja otroescenario de disputa por el poder hacia el interiorde su propia coalición: Colosio se habría aliado al populismo para restaurarloy Zedillo, el beneficiariodel crimen como candidato suplente, garantizóla extensión del salinismo neoliberal… sin Salinas de Gortari.
El escenario de disputa por el poder dentrodel salinismo lo reconoce Salinas de Gortari en su carta. En su texto el expresidente acepta la existencia de versionesque hablaban de un distanciamiento entre Colosio y Salinas. Y aunque el expresidente dice que había entendimiento, cinco hechos nopueden explicarse sino en función de un alejamientode Colosio del control de Salinas:
1.- El 19 de marzo de 1994, Ernesto Zedillo como coordinador de la campaña de Colosio le escribió al candidato una carta para plantearle cuatro problemas y cuatro sugerencias: cuidar y pactarcon Salinas, anular a Manuel Camacho, relanzar la campaña y confrontar al PRD. Los dos primeros fueron fundamentales: ¿tendría el candidato Colosio que pactarcon Salinas si éste lo puso? Asimismo, Zedillo sugirió bajarel tono las críticas a las deficiencias del gobierno salinista.
2.- Siete días antesde Lomas Taurinas, Camacho ya había pactadocon Colosio la secretaría de Gobernación para la reformademocrática, lo que Salinas nunca quiso y nunca le aceptó a Camacho. El 23 de marzo en la mañana Colosio leyó un comunicado de agradecimiento a Camacho por su apoyo a la campaña. Ese día en Lomas Taurinas apareció una manta que decía: “Colosio: Camacho y Marcoste vigilan”. Después del mitin Colosio fue asesinado.
3.- En su carta del 5 de diciembre Salinas de Gortari mintió: sí hubo presiones sobre Colosio. En un desayuno en casa de Raúl Cremoux los columnistasMiguel Angel Granados Chapa, José Agustín Ortiz Pinchetti, el propio Cremoux y el autor de Indicador Político, ante las quejasde que no lo dejaban hacer su campaña, Colosio dijo que era “víctima de las perversidadesdel sistema”; Granados presionó para identificar a los perversos, Colosio cerró el puño y dirigió su dedo pulgar hacia arriba: Salinas y Córdoba.
4.- A finales de abril Colosio buscó un contactodirecto con Cuauhtémoc Cárdenas. En una reunión con Federico Arreola, Francisco Rodríguez, Alvaro Cepeda y el autor de Indicador Político, el sonorense preguntó si se podríaese enlace. Cepeda, amigo cercano de Cárdenas, se ofreció. Ese mismo día, por la noche, Cepeda llegó sin avisar a la casa de campaña y le entregó a Colosio un papelito con los teléfonosdirectos de Cárdenas, quien esperaba su llamada. El contacto nose hizo. Díaz después, Cepeda le preguntó, molesto, a Colosio que había pasado; el candidato se levantó del sillón, fue hacia una cómoda, le subió el volumen a la música y dijo que Córdoba se lo había prohibido.
5.- Eso sí, y ahora se sabe a confesión de parte, Colosio síse reunió con Andrés Manuel López Obrador, por ese entonces un líder local de Tabasco que había perdido las elecciones estatales en 1988 contra el priísta Salvador Neme Castillo y luego las perdería en 1994 contra Roberto Madrazo. Colosio síhabía sido autorizado por Salinas para reunirse con López Obrador; fue una reunión política, aunque no se sabe su contenido. El hecho fue que Salinas y Córdoba manejabanla agenda de Colosio.
En su carta del 5 de diciembre Salinas señala que nuncahubo distanciamiento de Colosio, pero existieron hechos que sílos confirmaron. “Mi relación con Luis Donaldo Colosio durante los días y semanas previasal asesinato fueron siempre de confianza mutua, afecto y lealtad”. Sin embargo, días antes del asesinato, Zedillo –hombre de Córdoba y precandidato de Salinas para el 2000– aconsejóa Colosio establecer “una alianza política” con Salinas, porque en Los Pinos había molestia por el alejamientode Colosio; Zedillo habló de un pacto. Alianza y pacto se hacen entre dos personas con relaciones rotas, frías o disfuncionales.
Las lecturasde las cartas de Salinas y Zedillo revelan, al calor de las serias Colosioy 1994, que el asesinato de Colosio fue un complotdel interior del grupo salinista.
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