No debe extrañar la fotografíade José Narro Robles con tres de los aspirantes a la presidencia del PRI horas antes de la debacleelectoral estatal del domingo 2 de junio: Ulises Ruiz Ortiz, Ivonne Ortega y José Ramón Martel. Como candidato de Enrique Peña Nieto, Emilio Gamboa, Manlio Fabio Beltrones, Aurelio Nuño y Luis Videgaray, quizá la únicaposibilidad de la candidatura de Narro haya sido aliara priístas populistas con el PRI de Carlos Salinas de Gortari.
Narro fue siempre una piezapolítica del cacicazgo de Jorge Carpizo MacGregor y éste como uno de los activosmás importantes del proyecto político de Salinas de Gortari. Narro fue en 1993 presidente de la Fundación Cambio XXI del PRI –lo que antes era el IEPES–, justo despuésde la reforma de Salinas y Colosio para quitarleal PRI el concepto de Revolución Mexicana y meterel de “liberalismo social”, la propuesta ideológica neoliberal del salinismo.
Carpizo se llevó a Narro a la Subsecretaría de Gobernación y luego lo colocó ochoaños en su cacicazgo de la rectoría de la UNAM 2007-2015 para salvaguardar del panismo a la máxima casa de estudios como la fábricade priístas. Al terminar y heredarla rectoría a Enrique Graue, Narro arribó al gabinete de Peña Nieto como secretario de Salud.
Por tanto, la candidatura de Narro al PRI seríala de Salinas de Gortari y Peña Nieto, ahora aliados a los ex gobernadores Ruiz Ortiz y Ortega Pacheco y a la figura mediocre de Martel, un ex lopezportillista por lazos familiares. Esta asociación le daría al PRI la confirmaciónde un PRI neoliberal-salinista-peñista y mantendría al partido como un bastión para la resurrecciónen las diputaciones 2021 de Aurelio Nuño y Luis Videgaray, dos de los responsablesdirectos de la candidatura presidencial de José Antonio Meade Kuribreña y de la debaclepriísta propiciada por Peña Nieto que derrumbó al PRI a un voto presidencial de 13.5%de votos presidenciales y 7.6millones de votos.
El PRI de Salinas de Gortari y de Peña Nieto –el del TCL y del Pacto por México– renaceríacon Narro, Ruiz Ortiz, Ortega y Martel, paradójicamente aliados de la fracción neoliberal del grupo y de parte del proyecto lopezobradorista. Por tanto, la mejor alianzadel PRI con López Obrador sería la de Narro y asociados.
Del otro lado aparecióla figura de Alejandro AlitoMoreno Cárdenas, gobernador de Campeche, al frente de un grupo de gobernadores priístas como bloquede poder. Si la nomenklaturasalinista-peñista se alineó con Narro, los gobernadores que este sexenio enfrentarán sucesiones locales podrían haber logrado el liderazgode Alito, después de que el derrumbe del PRI comenzó en el 2016 con el modelode Peña Nieto de imponer candidatos a gobernadores que perdieron sus elecciones.
De ahí que los priístas tienen ya el ejemplode lo que pasaría con Narro en el PRI: la reproducción de la gran derrota de 2016 cuando el PRI de Peña, comandando de manera disciplinada por Beltrones, perdiósiete gubernaturas y marcó el fracaso del 2018. Algunos gobernadores en activo –hoy con Alito— han comenzado a recibir presionesde Peña Nieto para impulsar a sucesores que respondan a los intereses de Peña-Nuño-Videgaray y noa la necesidad de escoger candidatos que mantengan las plazas priístas.
Grupos priístas quedaron pasmadoscon la foto de Narro apoyando a Ruiz Ortiz, Ortega Pacheco y Martel y noal revés, porque fue Narro el que dio oxígeno a las candidaturas desinfladasde Ruiz Ortiz, Ortega Pacheco y Martel. Si deveras estas tres nominaciones “de la militancia” fueran fuertes, entonces nose quemarían fotografiándose con el personerode Peña, Nuño, Videgaray, Gamboa y Salinas.
En este sentido, la disputa por el PRI se dará entre el bloquepolítico de Peña y el bloquede poder de gobernadores en activo. Narro quemósus últimos pequeños resquicios de credibilidad personal al meterse en la lucha por el PRI como representantede la nomenklaturaneoliberal que llevó al PRI el hoyo de 2018, al viejo PRI neoliberal del salinismo que perdió contacto con las bases. Y para redefinirsu propuesta del PRI, Narro cometió el peorde los pecados políticos: mandar el mensaje fotográfico junto a Ruiz Ortiz, Ortega Pacheco y Martel. El más activo de los tres, Ruiz Ortiz, tendrá que darles muchas explicacionesa su base militante de su alianza con Narro como representante del PRI de Peña Nieto que desprecio a los priístas en el periodo 2012-2018. En ese punto, perdiómás Ruiz Ortiz que lo que pudo ganar Narro.
La próxima lista. Ahora que viene ya el reparto de la publicidad a medios por parte del gobierno de López Obrador, quede aquí una advertencia: en enero de 2025 el presidente de la República —Monreal, Ebrard, Clouthier, Durazoo quien que sea– dará a conocer la lista de periodistas y medios que recibieron publicidad del gobierno de AMLO y que perdieron su credibilidad por aceptar dinero oficial, como ocurrió con la lista distribuida hace unos días sin importar que era bajo contrato y pago de impuestos. Así que el que reciba publicidad hoy será la res de mañana en las próximas listas de la ignominia.
Política para dummies: La política suele frustrarse y sabotearse a sí misma.