Popularidad o eficacia, gran dilema hamletiano de AMLO: Carlos Ramírez

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Una aguadamarcha de apoyo el domingo pasado puso en un brete al gobierno de López Obrador: una cosa son los puntos de popularidad y otro la realidadde los efectos negativos de las principales decisiones de cinco meses de labor legislativa y dos meses de ejercicio de la presidencia.

En Palacio Nacional hay euforia porque la estrategia huachicolera–con muertos, desabasto y protestas– logró en una encuesta el 89%de apoyo, aunque uno de sus peores resultados haya sido la explosión en Tlahuelilpan y hasta ahora 114 muertos por la imprudencia de la población, la falta de decisión para mover a las fuerzas de seguridad y los pretextosde siempre.

Si el presidente López Obrador se va a mover por la popularidaden las encuestas, entonces tendrá que pagarpronto la fragilidad de los sentimientos populares. A la larga, lo que certificaa los gobernantes es la eficacia de los resultados. Y a final de cuentas, la popularidad es un sentimientode las circunstancias. Los liderazgos populistas en Cuba, Venezuela y hasta los Estados Unidos dependende las encuestas.

El primer año de gobierno de López Obrador se medirápor los resultados económicos del PIB, sociales de la pobreza y políticos de sus decisiones. La popularidad en encuestas, por ejemplo, nova a lograr el apoyo legislativo para su estrategia de seguridad, porque el paquete de reformas requiere el voto hasta ahora reticente de la oposición. La aprobación para la Guardia Nacional nodebe partir de la popularidad, sino de la eficacia de sus objetivos.

Hasta ahora, en dos meses de gobierno, el presidente López Obrador ha tomado muchas decisiones que se han quedado a mediaso han provocado efectos sociales negativos: el despidode trabajadores, la reducciónde salarios en una coyuntura de deterioro del poder de compra, las vacilaciones respecto a Venezuela que indican hasta ahora un apoyoal dictador Nicolás Maduro, los 200 mil millones de pesos de pérdidaspor la cancelación del aeropuerto en Texcoco, el retraso en los trabajos para la remodelación de Santa Lucía, los mensajes internacionales que indican bajade vuelos por la inseguridad en Santa Lucía, las cifras de muertos mayoresa las de los gobiernos de Felipe Calderón y Peña Nieto, los mensajes de preocupación de la bolsa de valores, las críticas por asignación de compras de manera directa y el demérito de los organismos de comunicación del Estado para convertirlos en vocerospresidenciales.

Y hay más: 131 mil millones de pesos de pérdidasde Afores por cancelar aeropuerto, investigación superficialde muerte del senador panista Rafael Moreno Valle y la gobernadora de puebla Marta Erika Alonso, pérdidas de 14 mil millones de pesos por bloqueode vías férreas en Michoacán por los aliados presidenciales de la CNTE, abandono de la comunidad financiera internacional por la ausencia totalde México en la reunión de Davos, pérdida de 137 millones de dólares por mantener paradoel avión presidencial sin posibilidad de venta, salariode 8 mil pesos mensuales a jóvenes huachicoleros para que dejen de robar gasolina, buques petroleros parados, fracaso de la reunión del director de Pemex con la comunidad inversionista en Nueva York, compra de 571 pipas sinlicitación, distracciónde militares en cuidados de los ductos de gasolina, pérdidas por 173 mil millones de dólares en cancelaciónde proyectos de energías limpias y un Tren Maya que tiene oposición nacional e internacional.

Los dos meses de conferencias presidenciales matutinas son una buena contabilidadde las justificaciones, culpas a sus antecesores y pretextos por falta de resultados que ya le corresponden al gobierno actual. Los efectossociales de esa forma de comunicar son circunstanciales, de corto plazo, y dependen del bonopolítico de una candidatura forjada sobre la crítica a los últimos gobiernos priístas y panistas.

Los consensospolíticos basados en popularidad pueden ser contraproducentes porque justificarían errores, malos resultados y pésimos gobiernos en tanto que el titular del poder represente sentimientosde algún tipo: los cubanos han cumplido sesenta años de yugo familiar castrista y pobreza generalizada a cambio de un liderazgo antiestadunidense; las bases de apoyo de Maduro en Venezuela son sólidas al grado del deteriorode la calidad de vida. Y hasta Donald Trump mantiene una baseelectoral fuerte, a pesar de los errores garrafales y de su agenda racista, agresora sexual e imperialista.

El otro problema de los liderazgos caudillistas radica en los costosde las popularidades: los cubanos, los venezolanos y muchos estadunidenses pagancualquier costo por mantener a sus líderes, aun cuando ese costo sea de empobrecimientocreciente. Los cubanos y venezolanos son hoy máspobres que cuando comenzaron los Castro y Hugo Chávez y Maduro, pero los siguensosteniendo en el poder.

El riesgopolítico y social en México radica en mantener popularidada pesar de la ineficacia.

Política para dummies: La política se mide por resultados, no por sentimientos.

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@carlosramirezh

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