* Los “encontronazos”, división y enfrentamientos en las cúpulas nacionales y estatales de Morena fortalecen la posibilidad que Andrés Manuel López Obrador renuncie al partido que fundó.
* Resurge el autoritarismo presidencial y la tentación dictatorial populista por la grave crisis y agotamiento de los partidos, en fase terminal por las mafias familiares de la partidocracia.
El sistema de partidos en México está en grave crisis, totalmente agotado. Todos los partidos están en fase terminal por las mafias familiares de la partidocracia. Resurge el autoritarismo y la tentación dictatorial.
Las peores prácticas viciosas de los fraudes electorales del viejo y nuevo PRI son generalmente conocidas como “cochinero”. Los ex priistas “chaqueteros” las exportaron al PRD y a la 4T.
Aplicaron las mañas rumbo a la elección de la dirigencia nacional de Morena. Mandaron al diablo a Andrés Manuel López Obrador. El “cochinero” dio una sopa de su propio chocolate al presidente.
AMLO advirtió que si Morena se “echa a perder” no solo renunciará a su militancia, sino que también pedirá que le cambien el nombre al partido. Decepcionado por la división y enfrentamiento en Morena, López Obrador fortalece esta posibilidad.
Padrón rasurado, exclusión selectiva de líderes, cambios de sede sin avisar, intervención ilegal de superdelegados y Siervos de la Nación, compra de votos y, sobre todo, violencia y vandalismo, balazos y heridos, artefactos explosivos, sillazos, golpes.
A la vista de todos estás las acusaciones de los diputados federales de Morena, de “ambiciosas y vulgares” contra las actuales dirigentes Yeidckol Polevnsky Gurwitz y Bertha Luján Uranga.
Prueba de ello están, también, los enfrentamientos y “balazos, no abrazos”, hacia la elección de la nueva dirigencia nacional del Movimiento de Regeneración Nacional en el estado de Jalisco.
Viejas prácticas del PRI y PRD, como el robo a mano armada de equipos de cómputo y padrones, salen a relucir en Jalisco, en la primera elección interna ya como partido en el poder de Morena. Reventaron asambleas en ocho de 20 distritos y la dirigencia estatal llamó a repetir la elección. El saldo es de cuatro heridos a balazos y uno más a golpes y la participación de comandos armados en los hechos.
En Oaxaca, Salomón Jara Flavio Sosa y Jesús “Charbelín” Romero se enfrentaron al ulisista-gabinista Armando Contreras y sus seguidores, por la dirigencia estatal de Morena y los delegados distritales.
De los 238 congresos distritales convocados hasta ahora para sacar delegados al Congreso Nacional el próximo 23 y 24 de noviembre y elegir presidente del partido, 71 han tenido que ser cancelados. Uno de cada tres congresos distritales ha sido reventado.
Se culpa del fraude en Morena a Gabriel García Hernández, coordinador general de los superdelegados en los estados y de los Siervos de la Nación, que recorren el país casa por casa para afiliar gente a los padrones sociales del gobierno.
Gabriel García, uno de los principales operadores en las sombras más cercanos al presidente López Obrador, también fue responsable de la elaboración del amañado padrón de Morena, duramente impugnado.
Ante la maniobra fraudulenta y la intervención de superdelegados en la disputa, el presidente reunió en Palacio Nacional a los delegados federales en los estados y les recordó que se despedirá y pondrá a disposición de la Fiscalía de Delitos Electorales a los funcionarios que se inmiscuyan en la elección de Morena. “Ya no hay partido de Estado”.
Durante su reunión con legisladores de Morena en agosto, el presidente López Obrador sugirió que el método de encuesta podría solucionar la contienda interna del partido y evitar desgastes.
“Lo de la encuesta es –considero– lo más recomendable, pero esta es una opinión, no vuelvo a hablar del tema", dijo el presidente en medio de la brutal pugna por la dirigencia de Morena.
En su reunión con legisladores federales y locales, el presidente les recordó que en los estatutos del partido se incluyen las asambleas y las encuestas para este tipo de renovaciones internas.
El cambio en la dirigencia nacional ha generado encontronazos en el partido por la decisión de qué padrón de militantes utilizarían para la votación, si uno nuevo o el registrado ante el INE.
Otro encontronazo entre Polevnsky, Alejandro Díaz Durán, Bertha Luján y Mario Delgado ha sido la pugna por resoluciones que se han tomado sobre la convocatoria para este proceso interno.
Al final desoyeron la sugerencia del presidente Andrés Manuel López Obrador de elegir al nuevo dirigente de Morena por encuesta, porque “las competencias desgastan y crean divisiones”.
Es entendible, están arraigadas en ellos las viejas mañas del PRI para manejar procesos internos, imponer candidatos a cargos de elección popular y utilizar la “cargada” para imponer dirigencias.
Para los ingenuos militantes y seguidores morenos de la calle y el ciudadano común, no deja de ser la elección una parodia cínica que terminará por desmoronar el castillo de arena de Morena.
Los hechos dan la razón al escritor peruano Mario Vargas Llosa al asegurar que López Obrador representa, en realidad, la resurrección del PRI, partido que gobernó México más de 70 años.
El ganador del premio Nobel de Literatura afirmó que la llamada 'dictadura perfecta' del PRI podría estar de vuelta con el actual presidente, que formó parte de las filas del PRI hasta 1988.
"No era tan perfecta, porque finalmente la dictadura desapareció, pero lo que es terrible es que vaya a resucitar, ¿no? Porque yo tengo un poco la impresión de que López Obrador es como la resurrección del PRI, del PRI que formó parte de su juventud", expresó.
Durante la entrevista con el diario Reforma, Vargas Llosa advirtió del peligro del populismo entre los dirigentes latinoamericanos, en los que incluyó a López Obrador.
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