La Sección 22 está con sus intereses, no con Salomón Jara | Adrián Ortiz Romero Cuevas

no me veras

La Sección 22 del SNTE está realizando una jornada de inconformidades, protestas y movilizaciones que no tienen referente desde antes de la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, en diciembre de 2018. Aunque pareciera que las posiciones actuales del magisterio oaxaqueño son radicales y explosivas, vale la pena considerar el contexto en el que éstas ocurren, y por qué si bien tienen elementos importantes a considerar, también son parte de los tiempos políticos de Oaxaca y del país.

En efecto, en lo que va del presente mes de mayo hemos presenciado diversas movilizaciones de la Sección 22 que no se veían desde antes de que iniciara la pandemia. De hecho, desde 2019 los trabajadores de la educación adheridos a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación no habían realizado acciones de protesta, primero porque el gobierno de Alejandro Murat les concedió diversos beneficios que pasaban por encima de la legislación educativa vigente durante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

Y luego, porque al iniciar la gestión del presidente López Obrador éste envió de inicio toda una miscelánea de reformas que dejaba sin efecto prácticamente todas las disposiciones constitucionales y legales establecidas durante el peñismo. A partir de 2019 el gobierno federal trató con seda al magisterio disidente del sureste del país. Y al combinarse esto con la pandemia, vimos un largo proceso de repliegue de la hasta entonces combativa Coordinadora magisterial en el sureste del país. ¿Qué cambió ahora? Una visión de las cosas, se explica a partir de los apuntes siguientes:

 

APUNTES

  1. Salomón Jara, hoy gobernador de Oaxaca, nunca tuvo identidad con la Sección 22. ¿qué significa esto? Que siempre fueron aliados coyunturales, pero nunca tuvieron identidad y compromisos homogéneos. No fue así en 2006, y tampoco ocurrió en los procesos políticos siguientes en la entidad oaxaqueña. Jara fue siempre un aliado del hoy Presidente, y éste ha contado siempre con el respaldo magisterial. Pero esto no ha significado, ni antes ni ahora, que los aliados de uno sean aliados de sus aliados. Los han unido las coyunturas; pero, para bien o para mal, nada más que eso.
  2. En 2022, por ende, la Sección 22 del SNTE no participó en el proceso electoral en el que resultó ganador Salomón Jara Cruz. ¿Esto es relevante? Evidentemente, lo es. Porque a pesar de que el entonces abanderado morenista a la gubernatura le ganó tres a uno a su competidor del PRI —Alejandro Avilés Álvarez—, lo cierto es que esa victoria electoral no contó con movilización alguna adicional al conocido voto duro de Morena. Nunca como en esta elección, se vio ausente al magisterio oaxaqueño, que por supuesto no llamó al voto de castigo pero que tampoco se movilizó para ayudar a algún candidato. Para bien o para mal, la 22 no participó masivamente en el proceso electoral y por eso hoy el gobernador no tiene ningún rédito ni a favor ni en contra del magisterio oaxaqueño.
  3. Las acusaciones contra “el señor de Polanco” son más humo que realidad. José Murat ha influido en la Asamblea Estatal del magisterio de la misma forma que lo han hecho todos los demás gobernadores: moderadamente, en medio de un clima de politización en el que todos juegan intereses específicos. ¿Qué significa esto? Que hoy José Murat sirve como enemigo de papel, más que como un adversario real. Explicarse las movilizaciones magisteriales en él, es reduccionista e incluso es atentatorio al criterio propio que sí tiene el magisterio oaxaqueño, en cuyas facciones confluyen sectores que lo mismo responden al ulisismo que al gabinismo más recalcitrante. La pluralidad, en ellos, es un factor más determinante de lo que podría imaginarse.
  4. La Sección 22 va por el IEEPO. Sólo quien no conoce el actuar cotidiano del magisterio podría suponer que éste ha estado cruzado de brazos. Lejos de eso, la Sección 22 ha ido ganando terreno todos los días al interior del IEEPO gracias a la indolencia de sus directivos. Esto no es nuevo, pues desde la segunda mitad del gobierno de Alejandro Murat se aplicó la política de dejar hacer, dejar pasar, con lo que la 22 comenzó a recuperar los espacios que perdió cuando en 2016 se decretó la creación del llamado “Nuevo IEEPO”. A partir de 2019 esa política recuperadora arreció y no ha habido día en el que la 22 no intente ganar espacios, centímetro a centímetro, en los cargos de responsabilidad del instituto educativo. Lo que quieren hacer hoy, es doblar al gobierno para que se obliguen a entregarle los espacios que les faltan. Este tema no es menor.
  5. Hay incertidumbre respecto a la política educativa del gobierno de Salomón Jara. Hasta ahora no queda claro cuál será el papel del gobierno morenista respecto a la educación básica, media básica, media superior y superior, en la entidad. Las inercias administrativas no parecen creíbles —esas que implican no cambiar nada—; pero tampoco parece ser posible un cambio profundo sin resistencias. Parece que la Sección 22 olfatea eso y por ello parece estarse moviendo en contrasentido a la lógica predecible de que como han recibido todo del gobierno federal, entonces carecen de razones para protestar.
  6. Las movilizaciones actuales están inscritas en el 2024. Nunca, en ninguna circunstancia, puede considerarse que las acciones políticas de la Sección 22 son aisladas de los procesos políticos de Oaxaca y del país. Los maestros de la Coordinadora están plenamente identificados como un grupo de lucha social y como un grupo de presión, además de como un gremio. Por eso no son ajenos a las efervescencias políticas nacionales. Sus movilizaciones actuales son parte de los estertores que ya están funcionando de cara al proceso electoral del año próximo. La movilización son su forma de presencia natural, en su contexto de elemento determinante de la gobernabilidad estatal. No verlo así sería un error.

 

EPITAFIO

Quienes pensaron que, en los tiempos de Alejandro Murat, podían trascender a la sucesión gubernamental vendiendo la estratagema del control magisterial, hoy están en el cementerio político. Los actuales corren exactamente el mismo destino. Emilio Montero ha sido tan ineficaz como lo han sido sus últimos antecesores. ¿Puede él, o sus predecesores, asegurar con pruebas que lograron contener al menos en algo la loca carrera de la Sección 22 por recuperar cada espacio, por pequeño que fuera, al interior del instituto educativo? Imposible.

@ortizromeroc

@columnaalmargen

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