Está abierta la convocatoria para la segunda generación de la Maestría en Derecho Judicial auspiciada por la Universidad de Perugia, Italia y el Poder Judicial de Oaxaca.
Es un extraordinario proyecto que llevó años de planificación y que hoy es posible gracias al entusiasmo y bonhomía de personas como el Magistrado Eduardo Pinacho Sánchez, y los Doctores Mario Álvarez Ledesma y Roberto Cippitani.
Sus buenos oficios ante la Unión Europea lograron el acceso de 30 juzgadores oaxaqueños al programa Erasmus que financia un porcentaje considerable de esta Maestría.
Hoy 15 de nosotros tenemos la posibilidad, como la tendrán quienes sean admitidos a la segunda generación, de estar en Perugia como requisito obligado del programa académico que, dicho sea de paso, es de un altísimo nivel de exigencia.
Pero ¿Qué hacemos 30 juzgadores oaxaqueños estudiando el Derecho europeo con profesores europeos?
Hubo un tiempo en que el juez era solamente la boca de la ley y le estaba prohibido decidir más allá de la letra de la ley.
Aún hoy, en nuestra rica diversidad, hay jueces fieles a las formas, y a la letra de la ley. Pero hay otros (cada vez más) que se forman y juzgan desde el garantismo.
Es lo que hoy comúnmente en el mundo académico se da en llamar “Neoconstitucionalismo”.
Ya no se trata solamente de la supremacía de los valores y principios de las Constituciones sobre las leyes, sino de la supremacía de los derechos humanos aunque no estén reconocidos en las constituciones de los países.
Europa es el ejemplo vivo del Derecho comunitario. Y su dimensión normativa, como muchas cosas en el curso de la historia, puede ser orientación para el futuro del derecho interamericano.
La reforma constitucional de 2011 en México con la institución de “Control de Convencionalidad” cambió la naturaleza misma de los jueces mexicanos.
Hoy todos los juzgadores son jueces convencionales, sin importar su competencia material o territorial.
Nuestros jueces a todos los niveles tienen la obligación de inaplicar normas contrarios a los derechos humanos reconocidos en tratados de los que México sea parte.
Pero a 11 años de este cambio de paradigma, esto aún no termina de entenderse ni siquiera entre los propios juristas.
Por eso, con todo y las deficiencias presentes en nuestros sistemas de justicia, debemos los operadores caminar en la dirección del futuro para que la justicia sea más pronta y de calidad. Y uno de los rumbos seguros es la especialización y la profesionalización.
Si los jueces abren su perspectiva a lo qué pasa y se hace en otras partes del mundo tendrán no solamente analogías para posibles soluciones a casos difíciles, sino que podrán ser aliados naturales del legislador a la hora de actualizar el ordenamiento jurídico que regule nuevas problemáticas que probablemente ya hayan pasado en otras latitudes.
La maestría en Derecho Judicial es un programa académico diseñado especialmente para jueces. Y cada una de sus materias guarda estrecha relación con nuestro quehacer diario.
A la hora de la redacción de estas líneas, la Universidad de Perugia estaba cumpliendo 715 años.
Su escuela de derecho es la más antigua del mundo y hoy abre sus puertas a un puñado de jueces oaxaqueños que ya somos alumnos europeos matriculados y que estamos abriendo el camino para las futuras generaciones.
Hoy se firmó el convenio para el Doctorado y se ha sellado la hermandad entre esta ciudad de la Umbría italiana y nuestra amada Oaxaca.
Este es, desde mi punto de vista, uno de los mayores logros del Poder Judicial de Oaxaca en su historia moderna.
*Magistrado de la Sala Constitucional y Cuarta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca.