Es por todos ya conocido, que el pasado domingo 19 de septiembre se realizó la entrega número 73 de los premios EMMY, que reconoce a lo mejor que se ha hecho en materia de televisión en el año y que tiene alcances internacionales y este 2021, siguió siendo una ceremonia que fue sorpresiva en varios aspectos, pues regresaron a una gala presencial, en una fiesta en la que dominó el estilo, la elegancia y el buen gusto.
Sin embargo, la sorpresa no era esa, sino que en esta edición, las producciones televisivas nominadas en su mayoría eran producciones de las plataformas en ‘streaming’, siendo Netflix la que acumulaba más candidaturas a la recepción de preseas con sus estupendas realizaciones: “Gambito de dama” y la portentosa “La corona”. No era de extrañarnos entonces, que esta última fue la gran ganadora de la noche al acumular siete estatuillas que incluyeron la de “Mejor serie dramática”; “Mejor actriz para una serie dramática” donde la gran Olivia Colman se llevó el premio y el de “Mejor actor para una serie dramática” que ganó Josh O’Connor por su brillante interpretación del príncipe Carlos.
Y las nominaciones dominaron además con producciones de Apple TV; HBO Max; Hulu; Amazon Prime y Disney +, entre algunas otras, dejando en segundo plano las que nos ofrecieron empresas dedicadas a la producción televisiva desde hace años como FX; ABC o HBO en su versión de televisión por cable. Y eso, nos habla precisamente de la evolución inminente de la distribución de productos de entretenimiento que como vemos, ahora es dominado por el internet.
Hace un tiempo, evidentemente antes de la pandemia, comentábamos en una intervención que tuve en la radio, sobre la apremiante evolución que debían tener las empresas televisoras para mantener al público interesado en sus producciones y es que, si hacemos memoria, cada vez menos gente es capaz de sentarse a ver un programa de televisión a determinada hora, justamente por las diversas ocupaciones que tenemos a lo largo del día, migrando desde hace un tiempo, a ver en el momento en que lo decidamos o cuando el tiempo nos dé, documentales, series y hasta películas en la computadora, el teléfono celular o la tableta electrónica, acción que sí nos permite una plataforma en ‘streaming’ y no un canal de televisión. Por ello, producciones que fueron un gran éxito en canales de televisión abierta o de cable, tuvieron una explosión de popularidad en años más recientes cuando llegaron a las plataformas y como ejemplo menciono a “Breaking Bad”; “Gotham”; “El exorcista” o algunas clásicas como “Los Soprano”; “La niñera”; “Friends” o “El príncipe del rap”, pero también, los servicios de ‘streaming’ comenzaban a presentar sus propias producciones que resultaron en diversas ocasiones ser mucho mejores y fastuosas que las que se exhibían en las empresas televisoras, siendo Netflix y Amazon Prime, las pioneras en manufacturas, producidas de forma magistral y presentadas a gran escala por ejemplo: “Orange Is The New Black”; “Stranger Things”; “Dark”; “La casa de papel”; “The Witcher”; “Mozart In The Jungle” o “The Horror”, por citar algunas, lo que sin duda marca una tendencia de que los espectadores prefieren, desde hace relativamente poco tiempo, la programación que nos ofrecen las plataformas que nos permiten, entre otras cosas, administrar el tiempo y forma de ver un programa de televisión a diferencia de lo que nos tienen acostumbrados las empresas televisoras convencionales, los días y agendas pre establecidas por el horario estelar o bien, al gusto de patrocinadores que poco saben de la preferencia de la audiencia. Y dicho sea de paso, a un costo menor que el servicio de cable.
El dominio de las plataformas en ‘streaming’ en la ceremonia del EMMY, donde se reconoce lo mejor de la televisión a nivel internacional, habla de una evolución en el comportamiento del público y sobre todo, en la forma de disfrutar producciones televisivas, pero también de que estamos viviendo y siendo testigos lo que en algún momento se pensó imposible: los últimos días de la televisión como la conocimos. Las plataformas en ‘streaming’, de la empresa que sea, han ido en aumento y nos ofrecen productos cada vez mejores, con producciones enormes y actuaciones prodigiosas. Así, podemos entender que el estancamiento de la televisión se debe a que, hasta este momento, no ha entendido (como empresa) que debe evolucionar, pues no está siendo propositiva con de los nuevos mercados, no piensa en su audiencia ni mucho menos, está acorde con los tiempos modernos. Estamos ante lo que puede ser el inminente ocaso de la televisión.
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