El PAN y su laberinto en Oaxaca… hacia el fracaso | Adrián Ortiz Romero Cuevas

no me veras

La renuncia de Natividad Díaz Jiménez a su militancia en el Partido Acción Nacional en Oaxaca es apenas un reflejo del tamaño de la crisis que vive ese partido. Carentes de militancia firme y de congruencia ideológica entre sus dirigentes, y al mismo tiempo sobrecargados de mezquindad e intereses, hoy el canibalismo es el signo de los tiempos entre los albiazules oaxaqueños, que no tienen otro destino más que la perpetuación de su debacle política.

En efecto, a más de uno le causó sorpresa la renuncia de Natividad Díaz a su militancia panista, máxime por la argumentación y las razones esgrimidas para ello. En una carta hecha pública el fin de semana pasado, Díaz Jiménez reconoció que “ante la imposibilidad de mantener con la dirigencia estatal que usted (Perla Woolrich) encabeza, acuerdos y consensos en beneficio de la militancia y la ciudadanía oaxaqueña”. Luego le recuerda que los partidos son sujetos del escrutinio público y que “ante su negativa de escuchar a las y los militantes y a la ciudadanía en general, este instituto político se ha convertido en un partido de puertas cerradas”, señala.

¿Puertas cerradas? ¿Consensos en beneficio de la militancia y la ciudadanía oaxaqueña? Pareciera, más bien, que esos son reproches de alguien que procuró un partido de puertas abiertas, y no de quien se alió sólo con personajes cupulares de ese partido para beneficiarse —ella y sus hermanos— de los pocos espacios políticos que el PAN ha logrado en los últimos años en Oaxaca. Vale la pena recordar que, en su meteórica carrera, Díaz Jiménez ha sido dos veces diputada local, diputada federal, dirigente panista y candidata a gobernadora… y qué decir de sus hermanos, que han pasado lo mismo por la presidencia municipal de Ejutla que y por posiciones en el Congreso local. Es decir, que ese reclamo de apertura a la militancia no es precisamente lo que mejor le viene a los Díaz Jiménez.

En ese contexto, habría que preguntarse quién impulsó a la histórica panista Woolrich Fernández a la dirigencia panista, y por qué hubo esta ruptura que generó la renuncia de Naty Díaz como militante panista —y la sostenida versión de que, siguiendo los pasos de Mariana Benítez, impulsará la candidatura presidencial morenista de Claudia Sheimbaum desde una posición “ciudadana”.

Y es que, paradójicamente, fueron dos factores los que impulsaron a Woolrich a la dirigencia estatal panista. El primero fue justamente la incapacidad de la dupla Natividad Díaz y Juan Mendoza Reyes por generar consensos con los demás grupos representativos panistas. El segundo, radicó en la falta de cuadros panistas en posiciones políticas de relevancia, más allá justamente de los hermanos Díaz Jiménez (Leonardo Díaz es diputado local, ex edil de Ejutla de Crespo y Secretario General del CDE del PAN; y Carlos Armando Díaz Jiménez es el sucesor de Leonardo en la presidencia municipal de su tierra natal).

Así, Perla Woolrich llegó a la dirigencia casi por exclusión. Primero, el CEN del PAN estableció que en Oaxaca la dirigencia estatal debía recaer en una mujer. Luego, en el grupo panista que finalmente impulsó a Woolrich, primero se pensó en la regidora citadina Mirna López Torres; no obstante, llevarla a la dirigencia habría implicado dejar su cargo en el Ayuntamiento citadino y su suplente es una priista (Yazmín Ramírez González, hija de Israel Ramírez Bracamontes). Se entendió que si ya de por sí son pocas las posiciones que tiene el PAN en órganos de gobierno, abandonarlos representaría un costo político demasiado elevado.

Todo ello ocurría mientras que otro grupo panista comandado por María de Jesús Mendoza Sánchez, intentaba generar consensos para presentar una planilla que le disputara la dirigencia al grupo de los Díaz Jiménez que impulsaban a la señora Woolrich. Finalmente le fue imposible lograrlos y por esa razón terminó desistiéndose del registro como candidata que había presentado ante el Comité Nacional del PAN, quedándose la ex Contralora estatal como candidata única, que sólo fue ratificada por el Comité Nacional en diciembre de 2022.

Quizá lo que no consideró el grupo de los Díaz, es que Perla Woolrich no es precisamente un personaje que en estos momentos genere consensos al interior del Partido. ¿Qué pasó? Que seguramente quisieron ocuparla de pantalla para seguir ellos decidiendo, y se toparon con una realidad distinta. No fue suficiente meter a Leonardo Díaz como “cuña” de la dirigencia estatal en el cargo de Secretario General del CDE. Y en apenas seis meses afloraron las diferencias que hoy están terminando con la renuncia de la exdirigente, a manos de la persona que ella misma impulsó al cargo.

 

NO HAY FUTURO

Todo esto ocurre en medio de un escenario de devastación de la oposición en Oaxaca. El Congreso estatal está pulverizado de presencia opositora. Las bancadas priista, panista y perredista son meramente testimoniales (la más grande de ellas es la priista, a la que le quedan cinco diputados, y nada garantiza que ese número se sostenga hasta el final de la Legislatura; y la panista ya no existe al tener sólo un diputado) y a su alrededor pululan representantes populares que al irse al ala independiente lo único que hacen es fortalecer a Morena.

Así, cada uno en su propio drama, los integrantes de los partidos opositores no parecen tener otro remedio que disputarse lo que les quede a sus respectivas dirigencias locales. Saben que en 2024 habrá algunos espacios pero que no serán más de los que ahora tienen, y que sólo se sabrá ganador quien logre quedarse con ellos.

Y por esa razón, si en el PRI hay una batalla a muerte por derrocar de la dirigencia tricolor a la dupla Alejandro Avilés/Javier Villacaña porque ellos y todos saben que el único dividendo es lo que logren retener en 2024 de posiciones plurinominales, en el PAN está ocurriendo exactamente lo mismo por lo que reste de las posiciones que paradójicamente hoy ocupan Natividad Díaz y sus hermanos. Por eso, la falta de “consensos entre la militancia” no es en realidad sino la disputa por las posiciones entre los mismos panistas de siempre.

Lo que más debería contrariarles es que ni los priistas y menos los panistas, en el contexto actual, serían bien recibidos por los morenistas. El tiempo de los perdones y las “purificaciones” ya pasó. Por eso, ante el intento de brincar de un partido a otro los morenistas no se han aguantado, y sólo fingen cortesía para la foto. Al final, ¿creen los priistas y panistas que han brincado de partido a Morena y sus aliados, que podrán ocupar espacios por sus supuestos méritos y abolengos, habiendo tantos morenistas que están formados desde los inicios del movimiento, esperando una oportunidad?

 

EPITAFIO

Los estertores magisteriales están en marcha rumbo al 2024. ¿De verdad cree el gobierno que gana respeto y ascendencia entre las bases magisteriales acusando un supuesto complot entre José Murat y los “pozoleros”? ¿No será que, más bien, con esos señalamientos el Gobernador Salomón Jara menosprecia la presencia política y la forma natural de actuación de la Sección 22, que es mucho más compleja y amplia que el grupo al que acusa de juego sucio? Al final no es ningún complot ni acuerdo alguno “en lo oscurito”. Son los tiempos políticos en los que ya se olfatea la cercanía de la elección presidencial. Así es ahora. Así ha sido siempre.

@ortizromeroc

@columnaalmargen

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