El mural de Orozco: Luis Octavio Murat

no me veras

“El mural de Orozco es de 1926 representa a Cortés y a Doña Marina (La Malinche), desnudos, las manos entrelazadas y en una suerte de quietud a un tiempo poderosa y pacífica. Son el Adán y Eva de México: los fundadores. Pero la composición de Orozco es trágica: a los pies de los amantes hay el cadáver de un indio. El símbolo del origen es también un símbolo de violencia: la sexualidad no es inocente sino criminal y la historia no comienza con la unión del Adán español y la Eva india sino con la muerte y el asesinato […] Pintó el enigma del origen. Un enigma trágico […] es el emblema de la contradicción, un conflicto sin desenlace… sin lograr nunca una victoria ni una derrota definitiva”. T.1. El Peregrino en su Patria. Octavio Paz

Declaraciones, publicaciones en diarios y revistas, comentarios en radio, televisión, en las redes, bueno, para que le rascamos. Revuelo porque al Presidente se le hizo correcto enviar dos cartas, una al hombre del Vaticano, el Papa Francisco, y otra al Rey de España, Felipe VI, pidiéndoles que al acercarse la fecha en la que se cumplirán 500 años de que el Reino de Castilla invadió territorio Azteca (España no existía, y la casa reinante que hoy ocupa ese territorio se fundó en 1700, casi 200 años después).

La Conquista, El Encuentro de dos Mundos, el Mestizaje; llámelo como usted quiera, pero el hecho histórico fue que un Imperio derrotó a otro, igual de poderoso o más, que fue consumado por pueblos indigenas subyugados por el Imperio azteca. No existía una conciencia colectiva de ser indígena, una de las razones por las que no podemos hablar de traidores. Pueblos oprimidos por los Aztecas que se aliaron a los 500 soldados invasores y a los frailes religiosos. Castellanos decididos a derrotar al Imperio Azteca para consumar la Conquista y fundar la nueva civilización; diferente a la que encontraron cuando arribaron a las costas mexicanas. Sin otros pueblos indígenas aliados a castellanos la conquista, si es que se hubiera dado, habría tomado mucho más tiempo.

“La Espada y la Cruz, a sangre y fuego, consumaron la Conquista”, afirmó el Presidente en Comalcalco, teniendo como fondo de su imagen las pirámides mayas, escenario majestuoso que lo inspiraron para “soltar” la nota, el asunto de las dos cartas: Voy a enviar una carta al Papa Francisco, comentándole que la iglesia debería pedir perdón por los crímenes cometidos contra los pueblos indigenas, lo mismo le escribiré al rey Felipe VI de España.

Sorprendente el hecho de que El Presidente insista en avivar la memoria histórica de la nación diciendo que en el 2021 se va a saber lo que sucedió hace 500 años. ¿Que objeto tiene avivar rencores y agravios que hoy no necesitamos? Lo que sucedió no tiene remedio. Sucedió y ya es Historia. ¿O acaso el perdón aliviará lo sucedido? Es una herida que no cerrará, siempre permanecerá abierta. Un perdón no la cicatriza.

“Si pensamos que no hay que disculparnos, que no hay que pedir perdón, que todo fue fortuito, normal, que no hubo violaciones a lo que ahora conocemos como derechos humanos, pues todo eso es algo que debe analizarse, no en el afán de la confrontación, del encono, sino buscando que todo esto que se mantiene como corrientes subterráneas, porque existe, salga a la superficie, se ventile, que todos podamos pedir perdón y reconciliarnos”, respondió el Presidente al reportero en la matutina del martes pasado.

Agregó, que no asistirá a Veracruz a las festividades de conmemoración, pues como jefe de estado no debe hacerlo, en tanto no se aclare lo fundamental y se llegue a un acuerdo de reconciliación.

En cuanto a las respuestas vaticanas y españolas, el Papa Francisco respondió a la petición del Presidente Lopez Obrador, explicando que los crímenes que la Iglesia católica cometió durante la Conquista de America, ésta reitera sus disculpas por ese crimen.

“Al igual que que San Juan Pablo II pido que la Iglesia – y cito lo que dijo él – “se postre ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos”, reiteró. Además, en su visita a Bolivia, en el 2015, el Papa Francisco ofreció disculpas por los crímenes contra los pueblos originarios durante la conquista de América.

En España no sucedió igual, surgieron expresiones y quejas al sentirse ofendidos por la petición del Presidente de México. Sin embargo, parece que todos los actores olvidaron que esta disculpa ya se había dado en 1836, a través del Tratado Definitivo de Paz y Amistad entre la República Mexicana y S.M.C. la Reina Gobernadora de España.

La política exterior es sensible y requiere del asesoramiento de expertos para evitar entuertos, que después de 500 años nos parecen sorprendentes.

Por ello, la cita de Octavio Paz, que explica el significado del mural de Orozco, pintado en 1926 en el antiguo Colegio de San Ildefonso, que perteneció a la Compañía de Jesus en el siglo XVIII, despeja lo que es irreconciliable por lo trágico del origen, el cual está sellado para siempre.

@luis_murat

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