¡Cuidado! Zona triqui puede ser el Ayotzinapa de Murat: Alfredo Martínez de Aguilar

no me veras

* Amén de chocar con la delfina presidencial, el mayor problema para el mandatario oaxaqueño es el alto riesgo de convertir a la zona triqui en su Ayotzinapa y sacarlo de la carrera presidencial.

* Como es lógico y natural, las aspiraciones de Murat y Ulises, actores políticos oaxaqueños con presencia nacional, tiene como obligada aduana el triunfo de Morena o del PRI, al final de todo, del PRIMOR.

 

De quien es la mano negra que insiste en mecer la cuna de la violencia en la zona triqui, considerada asunto de seguridad nacional por la trata de niñas, tráfico de armas y drogas.

Esos tráficos generan el permanente rechazo de los dirigentes del Movimiento Unificador de Lucha Triqui vinculados a Morena, a la presencia de la Policía Estatal, la Guardia Nacional y el Ejército.

A quienes lo duden, ahí están las violentas acciones de la diputada federal, propietaria y suplente del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) contra el retorno de los desplazados.

¿De quién la consigna Beatriz Pérez López y Emelia Ortiz García para promover la violencia, y a qué intereses sirven para sembrar sangre, dolor y muerte entre sus hermanos de la etnia triqui?

A quiénes interesa y qué intereses les mueven para invertir millones de pesos en movilizaciones de supuestos y reales desplazados e impedir que exista paz y tranquilidad en la zona triqui.

¿A qué establo político pertenece el fierro que traen marcado en las ancas los dirigentes visibles y clandestinos de las organizaciones indígenas que se disputan la plaza y la mantienen “caliente”?

El plantón por más de un año de los desplazados de Tierra Blanca, Juxtlahuaca, en la Ciudad de México, confrontó a la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum con el Gobernador Alejandro Murat.

Amén de chocar con la delfina presidencial, el mayor problema para el mandatario oaxaqueño es el alto riesgo de convertir a la zona triqui en su Ayotzinapa y sacarlo de la carrera presidencial.

Por alarmista o fantasioso que pueda parecer este escenario, no es nada remoto, es totalmente posible, en el marco de la adelantada sucesión presidencial en la que juega Murat y Ulises.

Como es lógico y natural, las aspiraciones de ambos actores políticos oaxaqueños con presencia nacional tiene como obligada aduana el triunfo de Morena o del PRI, al final de todo del PRIMOR.

¿Dónde están los quizás miles de millones de pesos destinados a diversas obras sociales durante el último casi medio siglo desde los 70? ¿En la bolsa y cuentas bancarias de quiénes quedaron?

Porque los indígenas de las comunidades y agencias de los municipios de Santiago Juxtlahuaca y

Constancia del Rosario siguen hundidos en la miseria, ignorancia y, sobre todo, el alcoholismo.

En la Agenda Nacional de Riesgos, seguramente tienen reportes de la presencia de grupos armados y de narcotraficantes que aliados arrojan un claro perfil de narco-guerrilla en la zona.

Probablemente los milicianos de los grupos armados brindan protección a los plantíos de amapola y laboratorios que procesan esta y las organizaciones políticas indígenas, amplia base social.

Interesante es hurgar en el pasado cómo fue posible que el poblano Heriberto Pazos Ortiz, mestizo, no indígena triqui, fuera aceptado como dirigente de estos, a pesar de su cerrazón.

Beto Pazos, finalmente ejecutado para arrebatarle el poder y dinero, después de dejarle atado a una silla de ruedas durante un atentado, creó el Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT).

Un aspecto poco observado en la creación del MULT por Heriberto Pazos Ortiz, es que desde el principio contó con el apoyo e influencia de sacerdotes seguidores de la Teología de la Liberación.

Nada extraño porque reza la sabiduría popular que detrás de todo conflicto en el mundo y más  Latinoamérica, siempre hay “una lana, una dama y una sotana”, por la influencia de la Iglesia.

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila

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