Si el equipo de seguridad pública del gobierno electo de López Obrador sabe leer con mentalidad estratégica, el anuncio del fiscal general de la Casa Blanca, Jeff Sessions, de una ofensiva contra el crimen organizado transnacional tiene que ver con la estrategia timorata mexicana del próximo sexenio ante la violencia de los cárteles.
La decisión de Washington ocurre cuando el gobierno electo mexicano está pensando en disolver al ejército, establecer una estrategia de lucha contra el crimen por el lado de la amnistía a criminales y convertir a las fuerzas armadas en un cuerpo de paz.
La lección de inteligencia geopolítica, seguridad nacional e intereses estadunidenses como prioridad en las relaciones bilaterales se complementa con el reforzamiento por parte del presidente Donald Trump del taponamiento de la frontera EE.UU.-México para contener a los migrantes que quieren cruzar la frontera de manera ilegal.
El mensaje no puede ser peor: Trump está redefiniendo las relaciones bilaterales en los temas vitales de seguridad nacional, migración y comercio. Y mientras el presidente electo López Obrador parece seguir disfrutando los elogios formidables que le ha hecho Trump, el equipo de seguridad de Gobernación y Seguridad Pública –Olga Sánchez Cordero y Alfonso Durazo Montaño– perdieron el rumbo y el canciller Marcelo Ebrard Casaubón anda sencillamente desaparecido de las definiciones estratégicas y fracasó en su intención de traer a Trump a la toma de posesión del 1 de diciembre.
La Fuerza de Tarea contra el Crimen Organizado Transnacional de los EE.UU. será la definición estratégica de la Casa Blanca con López Obrador, justo cuando aquí siguen sinentender el papel de seguridad nacional-seguridad interior de las fuerzas armadas. Hasta ahora la Secretaría de la Defensa Nacional del general Salvador Cienfuegos Zepeda había logrado poner un dique de contención al aparato militar del Pentágono, al grado de lograr la presidencia de la Conferencia de los Ejércitos Americanos. A pesar de la resistencia, el Pentágono llego a respetar al ejército mexicano y a reconocer su papel determinante en la lucha contra el crimen organizado transnacional.
Los regateos de López Obrador a las fuerzas armadas mexicanas fueron entendidas por las oficinas de seguridad nacional e inteligencia geopolítica de Washington como la oportunidad para conseguir su deseo de meterse de manera activa en la lucha mexicana contra los cárteles mexicanos que han invadido los EE.UU., al grado de que el mercado al menudeo en cuando menos tres mil ciudades americanas está controlado por los narcos mexicanos.
Si el gobierno de López Obrador desensambla el aparato de seguridad militar de México como se percibe en los regateos al papel de las fuerzas armadas en seguridad interior, de modo automático los estadounidenses van a penetrar a México al amparo de la nueva doctrina de seguridad definida como “crimen transnacional”, es decir, bandas criminales en ambos países que le otorgarían a Washington el derecho de intervención en México como parte de su escudo de seguridad nacional y con más razón si ganan los grupos lopezobradoristas anti militares.
El aviso adelantado por el gobierno de Trump sobre la Fuerzas de Tarea contra el Crimen Organizado Transnacional obliga a una respuesta urgente de López Obrador en cuatro puntos: un secretario de Defensa Nacional funcional a lo avanzado en la gestión y contactos del secretario saliente Cienfuegos Zepeda, la definición de su doctrina de defensa nacional, una respuesta contundente de Ebrard, Sánchez o Durazo y la definición de sus principios de relación bilateral con los Estados Unidos vis a vis la seguridad nacional de México como resistencia al acoso de la seguridad nacional e imperial de Washington. Y de paso, designar a un czar mexicano de relaciones de seguridad bilaterales como punto de contención de los avances estadunidenses que acote las tareas del nuevo czar estadounidense Rod Rosenstein
Como el gobierno de Peña Nieto ya terminó su ciclo y el de López Obrador viene con principios de derechos humanos, entonces el aviso no pudo haber sido más directo: los EE.UU. van a intervenir en México para combatir aquí al Cartel Jalisco Nueva Generación y al Cártel del Chapo y por tanto apoderarse del diseño, definición y control de la política mexicana de lucha contra el crimen organizado.
Los EE.UU. acorralaron el Estado mexicano y ya mandaron a López Obrador un mensaje de amenaza a la soberanía nacional.
Política para dummies: La política consiste en mirar el lado oscuro de la luna.