1er. Informe de la 4T (III): siempre la economía social: Carlos Ramírez

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La clavede la 4T (o 3.6T) no radica en la seguridad ni en la corrupción, sino en la economía y sus efectos sociales: si el PIB promedio sexenal no rompe el techodesestabilizador de 2.5%, entonces la falta de empleo productivo, la escasa repartición de la riqueza y la presión demográfica repetirán el fracasode sexenios anteriores.

Los primeros nueves meses de gobierno han fijado los primeros indicios del modeloeconómico del país: el regresodel Estado rector y regulador de la producción y noel Estado intervencionista directo a la producción con empresas paraestatales que desplacen a empresas privadas, pero falta por convencera la empresa privada que su función es crear riqueza y nodeterminar el rumbo político del régimen.

El modelode Estado de la propuesta de López Obrador se complementa con un regresoal esquema del presidente Miguel Alemán en su reforma al artículo 3° constitucional el 30 de diciembre de 1946 donde definió la democracia “nosolamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”.

Es decir, la democracia noera el objetivo de las élites gobernantes priístas salidas de una revolución armada, sino que esa democracia quedaba en segundo lugar ante la prioridad de garantizar el bienestar social. Por eso la legitimidad del PRI duróhasta que la crisis 1973-1982 disminuyóel bienestar social y los mexicanos comenzaron a votar por otros partidos.

El planteamiento oximorónicodemocracia-bienestar no pudo sostenerse en el ciclo neoliberal 1983-2019 porque el PIB se estancó en 2% con crecimientode la pobreza y el Estado se desentendióde las políticas sociales en aras de la estabilidad macroeconómica. A cambio, el sistema priísta fue cediendoespacios democráticos a la sociedad, aunque esa democracia potencióa la oposición anti priísta y, de manera paradójica, la democratización llevó a la sociedad a votarpor la oposición en tres ocasiones: 2000, 2006 y 2018.

La clavede la larga campaña presidencial 2006-2018 de López Obrador fue justamente el bienestar de las mayorías, no la democracia. Por eso su principalcompromiso se localiza en el binomio PIB-distribución de la riqueza. Por eso López Obrador parece basar su proyectoen dos ofertas: una políticacontrolada por la clase gobernante y una economíadinamizada por el sector privado, ambas con un Estado garantede los límites de las nuevas funciones.

Los primeros nueve meses de gobierno lopezobradorista han revelado que el camino noserá de regreso del Estado populista que sustituya a la empresa privada, pero le está costandotrabajo político convencer a los empresarios que su deber es invertir y tener utilidades y no convertirse en el ejedinamizador del Estado y del régimen político.

En todo caso, al modelo lopezobradorista le falta un verdaderoplan de desarrollo, la definición de un nuevo modelode desarrollo y la utilización del gasto público como el detonadorde la actividad empresarial productiva. El Estado regulador-estabilizador-rector podría ser el modelo de estatalidad–rectoría sin intervención en la producción– que definió Francis Fukuyama a partir del Banco Mundial después del colapso comunista y que le dio funciones de fijaciónde objetivos de desarrollo.

El problemaradica en que el planteamiento de López Obrador –Estado promotor de la inversión privada, gasto público a sectores vulnerables y régimen político bajo control del Estado– carecede una operación estratégica, se basa en el carismapersonal del líder refrendado todos los días y no tiene un verdadero plan de desarrollo de largo plazo.

El primer corte de caja es negativo: la inversión privada nofluye por decisión política empresarial que quiere poder político, la inversión pública está escasa por el control inflacionario neoliberal por el lado de la demanda y apenasalcanza para reasignar presupuesto a programas sociales improductivos y el efectose nota en la relación demanda agregada negativa-PIB decreciente.

El PND redactado en el despacho presidencial de Palacio Nacional perdióla oportunidad de fijar el marcoeconómico de la propuesta de López Obrador y se enfocó al planteamiento político de un modelo posneoliberalque no aparece procesado de manera programática en ningún documento oficial. Por tanto, el proyecto presidencial sabe que noquiere, pero no tiene un modelo programático para definir lo que quiere.

Las crisispolíticas y sociales de México a lo largo de las diferentes fases de la 3T 1917-2018 han sido políticas con motivacioneseconómicas por pobreza social. Cuando los gobiernos han dejado de crear bienestar social general, la sociedad, temprano o tarde, con gobiernos populistas o neoliberales, se transformaen un electorado crítico opositor al grupo gobernante en turno.

Política para dummies: La política es la habilidad para convertir las relaciones de poder, de clase y de producción en bienestar social con estabilidad económica.

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@carlosramirezh

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