Con un programa de 11 puntos, el rescate del sector cafetalero está incluido en el proyecto de nación del próximo gobierno. Muchos de los lineamientos fueron retomados de las exigencias o propuestas de organizaciones de caficultores, pero lo importante es que se cumplan, aseveró Arturo García, vicepresidente del Sistema de Producto Café en Guerrero y dirigente de la Red de Agricultores Sustentables Autogestivos del mismo estado.
En el programa para plantar un millón de hectáreas con árboles maderables y frutales –parte de la estrategia para el campo anunciada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador– se establece que se combinará con los cultivos de maíz y café, además de otorgar a los productores financiamiento de la banca de desarrollo y transferencia de tecnología para incrementar la productividad.
Además, diversas organizaciones demandan un programa emergente de apoyo por mil 800 millones de pesos para beneficiar a 400 mil productores que cultivan en 500 mil hectáreas, así como una mesa de acuerdos con la industria cafetalera nacional, en aras de lograr una mayor equidad en las utilidades del café, mejorando los precios que se pagan al productor en el mercado interno.
También han advertido que se debe revisar la introducción ilegal de café de Centroamérica, porque presiona el mercado nacional y desplaza al grano mexicano.
Las zonas cafetaleras son también las más pobres, de alta marginalidad e inseguridad extrema, si no se apoya al sector se intensificará la migración y se abandonarán los campos. Eso también tendrá efectos climáticos negativos, porque la caficultura contribuye actualmente con la retención de agua, la conservación de suelos, la captura de carbono y la emisión de humedad, alertan el Comité Nacional del Sistema Producto Café, la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café y la Coalición Nacional de Productores de Café que aglutinan a caficultores de Chiapas, Veracruz, Oaxaca, Guerrero, Nayarit, Hidalgo, Colima, Puebla y San Luis Potosí, además de asociaciones de exportadores, tostadores y molinos de café.
En el Proyecto de Nación 2018-2024 de López Obrador, el programa de rescate del sector pretende recuperar la producción renovando los cafetales con plantas más resistentes a la roya, un programa multianual de fomento productivo integral diferenciado por región y tipo de productor, así como un sistema de asistencia técnica.
Plantea también crear un programa presupuestal multianual 2019-2024, un esquema especial de garantías e incentivos para el financiamiento con la banca de desarrollo y la Secretaría de Agricultura, un programa nacional de control de la roya y otro para la producción de semilla certificada de las plantas de mayor calidad, productividad y mejor genética.
El próximo gobierno también se compromete a controlar las importaciones, levantar un padrón confiable de productores, establecer un sistema de estabilización de precios remunerativos mínimos para los caficultores y también crear el nuevo Instituto del Café Mexicano.
Ojalá lo hagan, dijo Fernando Celis, asesor de la Confederación Nacional de Organizaciones Cafetaleras, porque los principales países cafetaleros cuentan con su propio centro de investigación.
México no era la excepción, dijo, pero el Instituto Mexicano del Café se desmanteló a finales de los 80 y con ello también su centro de investigación y experimentación para detectar cuáles semillas de origen nacional resisten más la roya y producirlas, en lugar de importar la variedad robusta, que es de menor calidad y que implica deforestación, porque no se cultiva bajo la sombra como la arábiga, que proporciona beneficios ambientales.
Fuente: jornada.com