Grecia tendrá que financiarse por sí sola en los mercados a partir de ahora. Este lunes expira el tercer programa de rescate financiero, después de ocho años de recibir créditos internacionales para evitar la bancarrota a cambio de duros ajustes.
Según el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), desde 2010 Grecia recibió en total 289 mil millones de euros a cambio de realizar reformas, recortes sociales y subidas de impuestos.
Aunque hubo una leve recuperación económica registrada últimamente, muchas personas no han experimentado alguna mejora. Uno de cada cinco griegos en edad de trabajar sigue desempleado y más de 400 mil jóvenes formados han abandonado el país.
La capacidad de Grecia de atraer inversiones podría ser decisiva. Para recorrer el camino sin un programa de rescate, el país cuenta con una reserva de 24 mil millones de euros, aportados por los acreedores y por el propio Estado, cantidad que le permitiría a Atenas, en el caso extremo, cubrir sus necesidades financieras durante dos años.
Sin embargo, el país sigue enfrentado una deuda que supone alrededor de 180 por ciento de su producto interior bruto (PIB), el nivel más alto en Europa. Desde que comenzó la crisis, tanto el PIB como el ingreso per cápita se han reducido considerablemente.
De aquí a 2022, Atenas debe alcanzar, en virtud del acuerdo con el Eurogrupo, un superávit primario de 3.5 por ciento anual, es decir, sin tomar en cuenta los gastos para el servicio de la deuda. La prensa griega refleja las dudas respecto a si esta meta es realista.
Fuente: jornada.com
