Aprender a respirar y sobrevivir al coronavirus COVID-19: Aída Gaxiola: Alfredo Martínez de Aguilar

no me veras

* Para tener una sana convivencia familiar, necesitamos aprender a negociar de manera consciente, responsable, respetuosa y tolerante, con buena fe y buena voluntad.
* Mariuma Vadillo, Karla y Alexandra Martínez de Aguilar, entrevistaron a la Maestra en Psicología Aída Carmina Gaxiola Vargas, durante la tercera emisión del programa Oye Mujer.

Sobrevivir a las emociones encontradas y a las discusiones familiares por la obligada y prolongada convivencia, por la cuarentena del coronavirus COVID-19, es relativamente simple, fácil y sencillo.

Es un tiempo delicado en salud física y emocional, con ansiedad, miedo e incertidumbre sobre qué pasará y que genera malestar psicológico, físico y económico, al no saber cómo tratar el problema.

Necesitamos aprender a negociar de manera consciente, responsable, respetuosa y tolerante, con buena fe y buena voluntad, sugiere la Maestra y Psicóloga Aída Carmina Gaxiola Vargas.

La licenciada hidalguense en Psicología por la Universidad de las Américas Puebla es Maestra en Administración de Negocios por la Universidad Interamericana para el Desarrollo, es polifacética.

Tiene en su haber diversos Diplomados, Intervención en Crisis, Aprende y Enseña a Pensar,

Programación Neurolingüística, Acondicionador y Entrenador Físico y Maestra de Kundalini Yoga.

Mariuma Munira Vadillo, Karla y Alexandra Martínez de Aguilar, entrevistaron a la experta en asuntos del alma, durante la tercera emisión del programa Oye Mujer por Stereo Uno 106.1 FM.

La entrevista se enmarcó con el fondo musical de la electro cumbia Oye Mujer, con la voz y el estilo de Raymix, cuya letra comparten las conductoras y, dicen “lo que sienten” a las mujeres.

A partir que cada uno es experto en su propia vida, Aída Carmina Gaxiola Vargas afirma que la psicología proporciona herramientas y formas de ver las cosas con tu propia perspectiva de vida.

Realmente importante es interiorizar esas herramientas y ver las cosas de manera diferente, a fin  de afrontar la realidad personal y familiar de cada quien, y aprender a manejar las emociones.

Estos puntos de vista buscan el bienestar emocional y se traducen anímicamente en relaciones físicas, amorosas, laborales y familiares, “para que no te quedes como una vela que se apaga”.

Para aprender a estar y a hablar con nosotros mismos, hace falta enamorarnos de nosotros mismos, por el gusto de solo estar, porque siempre tenemos que hacer algo, producir algo.

El mal manejo de la autoestima en el sentido que, solo puede uno salir adelante, resume la actitud de temer acercarse al psicólogo en la expresión: ¿Ir al psicólogo? ¿Yo, por qué? ¡Si no estoy loco!

Los espacios emocionales que crea la cuarentena por las muchas más horas que pasamos conviviendo e interactuando, implica paciencia y no la hay. Somos la generación de la inmediatez.

Además, en la convivencia con la familia, es necesario hacer conciencia que las respuestas a las peticiones de la madre no serán inmediatas, por lo que tenemos que aprender a tener paciencia.

Lo ideal es aprender a negociar, así como aprender técnicas de comunicación, como ser asertivo, dijo, al tiempo que recomendó el libro Negociación para Dummies, de Alejandro Hernández.

Lamenta que el sistema cultural nos hace creer que tenemos que estar felices todo el tiempo, porque eso es ser exitoso, pero quien está contento todo el tiempo, no es un ser humano.

“Tengan cuidado con este tipo de personas, porque no es normal ni convencional estar contento todo el tiempo, quienes mantienen esta actitud y comportamiento, padecen una patología”.

Tenemos el derecho y la posibilidad de sentir todas las emociones, desde las más eufóricas que proporcionan crecimiento, alegría y paz, hasta la quietud, como el miedo que es paralizante.

No hay por qué preocuparse por estar en este vaivén solo por ser humanos, estar bien, estar mal, estar alegres, estar quietos, estar moviéndonos, estar y no estar, querer y no querer.

Recomienda, primeramente, hacer ejercicios de respiración profunda, cinco o seis veces, así como dar tres giros sobre tu propio eje corporal, para romper con la dinámica de alguna discusión.

La respiración es una de las técnicas milenarias básicas. Contar hasta diez, respiro, inhalo y exhalo profundo, no para no enojarme, sino para hacer conciencia cómo estoy, no para el otro, para mí.

Analizar en diez segundos qué me pasa, que quiero, a dónde llegaré con lo que diré. Ahora sí, tenemos tiempo por dos meses para tomarme diez segundos, con conciencia, y saber cómo estoy.

Enseñar, sobre todo, a los hijos pequeños, a respirar diez segundos y saber cómo estamos, poder expresarnos y llegar a un acuerdo, es el momento de las negociaciones de manera consciente.

Normalmente estamos acostumbrados a platicar para responder, a escuchar para responder, no para saber cómo está el otro, sino para saber qué le voy a decir para ganar tiempo, explicó.

Gaxiola llama yoga para vivir a las respiraciones que puede hacer sentada, separando los fríjoles y cortando las verduras de la comida o caminando con el niño más pequeño alrededor de la casa.

La Maestra en Negocios subraya que la conciencia que se adquiere con las herramientas de la psicología no es exclusiva de un área o de un momento en la montaña o en la playa virgen.

Ante el riesgo de violencia propone tomar agua para cambiar la temperatura corporal y el ritmo cardíaco, en el caso de los niños, hacerse “bolita”, sentándose en cuclillas y cubriéndose la cabeza.

O bien, tocar un tambor ceremonial o un simple bote de lata con los cuatro sonidos chamánicos de los cuatro elementos de la naturaleza, agua, fuego, tierra y Aire, así como los cuencos tibetanos.

En tales condiciones, la contingencia del coronavirus es buen momento para aprender nuevas cosas de negociación, de escucha o de expresión, decir las palabras correctas para ser afectivos.

Vital es saber que ya no vas a poder huir y escaparte, a través de la tecnología y las redes sociales, y para poder sobrellevar esta convivencia, así como hacer conciencia que esto es inevitable.

Quieras o no quieras vas a tener que hacerlo. Aquí nos tocó vivir. Aquí vamos a estar un tiempo considerable y no podemos irnos. Cada uno tiene que decidir si quiere estar de una manera sana

No habló del ideal que todos estén contentos, abrazados como hermanos, sino de una convivencia en la que cada quien sea lo que es. Hoy por el abuso en el uso del celular, no podemos hacerlo.

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista.mujeres.com

@efektoaguila

Comments are closed.

A %d blogueros les gusta esto: