Abarrotado lució el Palacio de Gobierno. Palmadas, abrazos y besos se repartían por donde quiera. En la mesa el menú: Entomatadas con tasajo, agua, café, chocolate; en la parte de atrás regalos, así transcurrían los minutos de celebración por el Día de la Libertad de Expresión.
Antes, una docena o más reporteros y no reporteros se esmeraban para ser los primeros en ingresar al recinto, a la “casa del pueblo”. En su mirada había esperanza, emoción por llevarse al menos una de las tabletas rifadas.
Pasó más de hora y treinta minutos para que al lugar arribara el gobernador Alejandro Murat Hinojosa, después llegaron nuevamente los aplausos, los besos, las fotos para dejar claro que en Oaxaca se “respeta” la libertad de expresión.
“En Oaxaca defienden la posibilidad de que los oaxaqueños y las oaxaqueñas tengamos esa capacidad de libre pensamiento, la libertad de expresión es un derecho humano fundamental reflejado en el artículo séptimo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”, expresaba Murat Hinojosa.
Arremolinados también se encontraban los directivos de medios de comunicación, quienes en medio de la fiebre del festejo se tomaban fotos, posaban con el mandatario estatal; el recorrido por las mesas no podía faltar, en medio de reporteros y de reporteras así como también de quienes no lo son, a Murat se le arrebataron besos.
Reafirmó el compromiso de mi gobierno de hacer lo que me toca para que exista un entorno propicio, para que este derecho se pueda ejercer siempre con la plenitud absoluta y refrendar los 365 días del año que somos una sociedad libre, manifestaba el gobernador en su discurso.
Lo anterior al reconocer a quienes acudieron al llamado y a quienes tuvieron que cumplir con sus labores cotidianas. Ahí mismo recordó al gigante de Guelatao, Benito Juárez, al recordar que dijo que no reconocía fuente de poder más dura que la opinión pública.
Después, el gobernador se retiró, muchos más se quedaron para participar en la rifa de regalos.
Carina García