En la tribuna de la Asamblea, el 26 de julio 1794, Maximiliano Robespierre pronunció el último de sus discursos diciendo: “Estoy hecho para combatir el crimen, no para gobernarlo. Aún no ha llegado el tiempo en que los hombres de bien puedan servir impunemente a la patria; los defensores de la libertad no serán mas…
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