Los acuerdos de la Cumbre: Joel Hernández Santiago

no me veras

Aquello de que la reunión de “Los tres amigos”, como se denominó eufemísticamente al encuentro de los presidentes de México, de Estados Unidos y el primer ministro de Canadá el 18 de noviembre en Washington fue todo un éxito es un decir. Por supuesto ese día hubo muchos saludos, abrazos y charlas, fotografías cordiales para la prensa de cada uno en su país, pero no cambios ni acuerdos sustanciales... ¿o sí?

El comunicado conjunto no marcaba resultados tangibles, concretos y vinculantes para ninguna de las tres partes, aunque sí muy buenos deseos, propósitos de cordialidad y entendimiento. Y por supuesto las buenas relaciones que hay entre los países asociados en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte: T-MEC.

También hubo pláticas bilaterales en privado. Bajo siete llaves. Para hablar de lo esencial entre las partes. Nada se dijo de todo esto en público y lo más que podíamos esperar es que el tiempo fuera mostrando las señales de esas reuniones exclusivas... Y poco a poco se van conociendo.

El primer llamado de atención sobre que el gobierno de Estados Unidos tiene su propia agenda de soluciones en las que predomina el interés nacional de su país ocurrió precisamente cuando estaba en su punto la famosa Cumbre de Washington...

El presidente Joe Biden firmó –y con ello ratificó un tema que traía desde agosto de este año-- su proyecto de ley de infraestructura de 550 mil millones de dólares para impulsar las ventas de vehículos eléctricos fabricados en territorio estadounidense, así como su Build Back Better, que otorga incentivos fiscales a la fabricación de vehículos eléctricos y en apoyo al cuidado ambiental.

Esto no le cayó nada bien al gobierno de México que semanas después decidió enviar un mensaje al gobierno estadounidense a través de la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, en el sentido de que el gobierno mexicano podría aplicar sanciones a EUA en caso de aprobar dichos incentivos.

“México recurrirá a instrumentos legales a su disposición para hacer valer nuestros derechos, por lo que en caso de que se avale la nueva ley fiscal para estos productos, se entraría en una disputa comercial contra el gobierno que encabeza Joe Biden. Esta propuesta va en contra del T-MEC y provocaría un panel de controversia con la Organización Mundial del Comercio, pues afectaría directamente a las exportaciones mexicanas de autos eléctricos.” Sin respuesta de EUA todavía.

El segundo caso: El Congreso de Estados Unidos revivió la decisión de Donald Trump que, en su momento el gobierno mexicano de la 4-T aceptó, por el que los migrantes centroamericanos que soliciten asilo a EUA deberán permanecer en espera de la resolución en territorio mexicano.

Esto se había suspendido a la llegada de Joe Biden a la presidencia, a petición suya. Sin embargo no pudo sostener su decisión frente a un Congreso que argumenta el exceso de solicitantes de asilo y que muchos de ellos cruzan por territorio mexicano para llegar a aquel país, lo que vulnera su seguridad nacional.

El gobierno mexicano tuvo que aceptar esta decisión y mantener lo acordado con Trump. Por supuesto se dice que se impusieron condiciones, como el de la vacunación completa, los refuerzos y acaso manutención... Sin respuesta de EUA todavía.

Tercer caso: A raíz de la detención el 15 de octubre de 2020 del general Salvador Cienfuegos en el aeropuerto de Los Ángeles, California y su posterior exoneración el 14 de enero de 2021, el gobierno mexicano impulsó reformas a la Ley de Seguridad Nacional (18-X-20) para limitar la participación de agentes extranjeros en territorio nacional e imponerles condiciones, como la entrega de informes periódicos sobre sus actividades. Se suspendieron las visas a agentes de la Agencia Antidrogas de EUA (DEA).

Se dijo entonces que no podían andar en México haciendo trabajos para su país “como Pedro por su casa”. Esto llevó a que el gobierno de aquel país insistiera en la reposición de dicho permiso ya que “entorpece las labores de sus agentes en territorio mexicano”. Con todo el gobierno de la 4-T fue renuente a la aprobación de dichas visas a lo largo de los meses.

Pero en los últimos días de noviembre pasado Todd D. Robinson, Subsecretario de Estado de Asuntos Internacionales sobre narcóticos y aplicación de la ley, en el Senado de EUA anunció que el gobierno de México aceptó dar visas a agentes de la DEA para operar en este país.

Para justificar tal decisión, el presidente de México dijo que los elementos de agencias extranjeras “contarán con visas para ingresar a México para desarrollar actividades que estén autorizadas por la ley de la materia”. Y esta ‘ley en la materia’, “impide que los agentes extranjeros transiten libremente por el país, sin supervisión de las autoridades mexicanas.” (Bien).

“Entraban como ‘Andrés por su casa’, ¿no más? No, porque es nuestra soberanía que debemos proteger y tenemos que actuar con respeto, pero de acuerdo al ordenamiento legal (...) El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el actual presidente, Joe Biden, han sido respetuosos de la soberanía de México y el gobierno mexicano ha actuado en correspondencia.

“No ha habido ninguna acción, ningún operativo que vulnere, que afecte nuestra soberanía, y sí tenemos que cooperar, esa es otra cosa, tenemos que actuar de manera conjunta y lo estamos haciendo, con las agencias, con el departamento de estado, con el gobierno de Estados Unidos.”

Los resultados de la Cumbre de Los Tres amigos, comienzan a vislumbrarse. Ojalá México obtenga beneficios tanto para los mexicanos en territorio nacional como para quienes viven en EUA y envían remesas millonarias a nuestro país. Y por supuesto, todo bajo resguardo de la soberanía nacional.

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