El frío de las renuncias y los cambios: Jaime Velázquez

no me veras

La segunda mitad del sexenio del gobernador Alejandro Ismael Murat Hinojosa ha comenzado y los inminentes cambios en su gabinete tienen un objetivo central: apuntalar este año 2020 que está obligado a ser de consolidación y me explico por qué. En primera instancia es claro que la carrera sucesoria para el Congreso del Estado, la diputación federal y las presidencias municipales de la entidad arrancan en septiembre de este año y el mandatario Murat requiere apuntalar a quienes vayan a ocupar esos cargos en la elección del año entrante, primero para lograr un buen  cierre de gobernabilidad, pero sobre todo porque serán lo legisladores locales quienes revisarán la cuenta pública de su cierre de sexenio, por lo tanto necesita un importante número de aliados en todos estos cargos para preparar una buena salida. Pareciera que esta situación, de ser acertada, lleva al gobernador a la disyuntiva de cambiar en su equipo a operadores de perfil técnico, por otros de mayor inclinación política; aunado a la evaluación de resultados (malos) obtenidos hasta ahora por algunos de los que se van, y de otras problemáticas de desgaste que mencionaremos enseguida a mayor detalle, y quizá por eso los cambios se hicieron ineludibles.

Y aunque en Oaxaca se acostumbra mucho la rumorología y desde que nombran a algún funcionario, los medios de comunicación empiezan a comentar su salida porque “no hace nada”, al parecer ahora si va la de a deveras. En segunda instancia, para decidir estos cambios influyeron los errores y fallos cometidos por cada uno de los mencionados, y eso se platica  en las altas esferas y serían las razones para irse esta misma semana. Uno de los más destacados para tocarle las golondrinas es el titular de la Secretaría General de Gobierno, Héctor Ánuar Mafud Mafud, quien genera opiniones muy encontradas, pues mientras hay quienes lo reconocen con una gran capacidad de operación y lo consideran artífice de la gobernabilidad para negociar entre grupos sociales beligerantes, otros lo catalogan como un perfecto inútil porque sólo sabe repartir dinero “y así cualquiera”, dicen. Sea una u otra, una cosa parece ser cierta a la luz de las agresiones tan violentas en las pasadas semanas de grupos sociales como el de Santa María Teopoxco: ese toque de control parece haber desaparecido, o al menos disminuido en Mafud. Para el relevo se menciona a Celestino Alonso Álvarez, quien ya estuvo en ese cargo en los tiempos de José Murat, o bien Francisco García López, actual secretario particular del gobernador.

Otra posición importante de cambio es la coordinación de Comunicación Social donde el hombre de todas las confianzas del mandatario, Alfonso Martínez Córdova, ya se fue desde este pasado viernes 28 de febrero. En varias ocasiones, columnistas veían a Martínez Córdova como el integrante del gabinete más sólido, prácticamente inamovible, y así parecía ser. Muy afín al estilo de Murat Hinojosa y considerando su trayectoria de 3 años como vocero desde el Infonavit y luego 3 años en el gobierno de Oaxaca, sólo ellos saben (hasta ahora), el gobernador y Alfonso, qué pasó. El encargado de medios del gobierno oaxaqueño se ha ido a dirigir la televisora de grupo Radio Centro a la Ciudad de México desde donde estaría despachando este lunes 2 de marzo. Desde que trascendió la salida de Martínez Córdova se mencionaron diferentes nombres en su lugar como Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, de quien corrió el rumor de ser él quien pedía el cargo; también surgieron los nombre de Eviel Pérez Magaña y Juan Díaz Carranza. Otro mencionado fue el actual jefe de comunicación de Ivett Morán de Murat, Jesús Ugalde López, quien ya opera una amplia red de comunicación para el DIF Oaxaca. Al final, quien parece llegar al cargo es Carlos Velasco Molina, ex coordinador de Comunicación de José Murat cuando fue gobernador y según datos extraoficiales anduvo desde el viernes en las oficinas de Palacio de Gobierno en el área justamente de Comunicación Social, aunque hasta el cierre de esta columna no había ningún comunicado al respecto, a pesar de ya haberse retirado Alfonso Martínez a la Ciudad de México a su nueva encomienda. Es decir, la oficina quedó acéfala.

Uno más de los relevos es el de Fabián Sebastián Herrera Villagómez, titular de la Secretaría de las Infraestructuras, quien habría enfrentado en los meses de octubre y noviembre del año pasado varias auditorias y observaciones de la Auditoría Superior de la Federación, de las cuales ha trascendido su solventación total; sin embargo, el desgaste de estos acontecimientos, sumados a la presión de la planeación de 2020 como un año intenso de obra pública en el ánimo del gobernador, donde se planean mas de 110 obras nuevas a iniciar y concluir en un año y medio, el nivel de presión pudo haber sido el detonador para el relevo. Suena para el cargo Javier Lazcano Vargas, actualmente al frente de la Coordinación para la Planeación y el Desarrollo de Oaxaca, Coplade, y antes fungió como delegado de la SCT en Oaxaca.

Sofía Castro Ríos, Secretaria de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura, SEDAPA, desde su llegada al cargo en sustitución de Carlos Grau López, no generó acciones claras y contundentes. El acabose fue llegar al termino del año pasado con un subejercicio del presupuesto de varias decenas de millones de pesos en un estado con una gran necesidad de apoyo al campo, lo cual habría provocado en el gobernador un gran enojo y ahora pareciera ser una de los cambios más seguros. No hay una ruta clara para la sucesión.

Por último, un relevo anunciado en la rumorología y que ha sorprendido a varios sectores es el de la Secretaría de las Cultura y las Artes y el probable cambio de la titular, Adriana Aguilar Escobar, quien ha sido identificada como una de las cartas directas del gobernador, es decir de su equipo y círculo muy cercano y parece haber llenado las expectativas de crecimiento requerido, por lo cual no parece haber una razón de peso para el cambio. En todo caso, podría ser un pago político para no sacrificar otras áreas más operativas o simplemente para cumplir con una posición. Hay la referencia de la llegada a este relevo de Karla Verónica Villacaña Quevedo, hija de José Javier Villacaña Jiménez, suplente éste del senador Raúl Bolaños Cacho Cué.

En fin, uno de los elementos presentes en todas las renuncias y destituciones descrita en esta columna es la frialdad ante el retiro; en varios de los funcionarios salientes fue evidente la soberbia inherente al mando, al poder político; pocos entendieron que es temporal esa condición. Ahora a muchos ni siquiera los saludaran en la calle, cuando eran venerados en sus oficinas. Cosas de la política.

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